Un narrador misterioso en un estudio antiguo, rodeado de páginas flotantes y luz tenue. El arte de contar historias cobra vida en una atmósfera enigmática.

El Arte De Contar Historias | Parte II: La Ciencia Del Suspense

📌 Resumen Express de la Parte 1
Antes de sumergirnos en esta nueva entrega, repasemos lo que ya hemos descubierto sobre el arte de contar historias:
Hackeamos cerebros con palabras, manipulando la atención sin que el lector se dé cuenta.
Aprendimos la técnica del Gancho, ese puñetazo narrativo que hace imposible ignorar una historia.
Vivimos el Secuestro Cognitivo, esa sensación de no poder salir de una historia una vez dentro.
Nos dejamos atrapar en un cliffhanger sádico, que nos dejó con una niña, un zapato… y una amenaza misteriosa.
Si aún no has leído la Parte 1, hazlo antes de que sea demasiado tarde:
👉 El Arte de Contar Historias – Parte I

1️⃣ Introducción – El Regreso al Infierno Narrativo

Aquí estamos otra vez. 

Tú sigues leyendo. Yo sigo manipulando. Pero esta vez no usaré humor (al final del artículo te contaré por qué); solo meta-storytelling y metanarrativa, técnicas y teoría con aplicaciones prácticas. ¡Vamos allá!

¿Y la niña?… bueno, la niña sigue ahí.

Pero no nos adelantemos.

Déjame hacerte una pregunta. Y quiero que seas sincero. ¿Cuándo fue la última vez que una historia te hizo sufrir?

No me refiero a historias tristes o desgarradoras, sino a esas que juegan con tu paciencia, esas que te hacen contener el aliento y rogar por una maldita respuesta que nunca llega.

Eso, amigo mío, no es casualidad.

Es una técnica, y hoy voy a enseñarte cómo usarla para que tus historias sean auténticas armas de manipulación emocional.

Y para ello, vamos a jugar un poco.

Porque lo peor que puedes hacer en este momento… es confiar en mí.

📌 1. Metanarrativa: Lo Que Estoy Haciendo Para Que No Puedas Soltar Esto

No es casualidad que sigas leyendo.

De hecho, acabas de caer en una trampa, y no por casualidad. Quiero desglosar para ti las distintas técnicas, hasta el último detalle, en esta serie de artículos. No es que yo sea un diablo malicioso (bueno, un poco sí…).

Vamos a destriparla:

Te he dado una promesa tentadora. “Voy a enseñarte cómo usar esta técnica”. Tu cerebro ya ha mordido el anzuelo.
Te he hecho una pregunta que activa la memoria. Al hacerte pensar en la última historia que te hizo sufrir, tu mente se ha enganchado emocionalmente.
He usado un lenguaje que genera urgencia. “Vamos a jugar un poco”… suena inofensivo, pero es una forma elegante de decir: no vas a salir de aquí fácilmente.
He cerrado con una frase que no te deja indiferente. “Porque lo peor que puedes hacer en este momento es confiar en mí".

Solo un poco más… ¿Por qué crees que te digo que has "caído en la trampa"? ¿Para hacerme el listo? Si piensas eso, déjame decirte que estás un poco equivocado… y un poco atrapado.

Aquí está el verdadero motivo:

  • Refuerzo del "Secuestro Cognitivo".
  • Creación de una Complicidad Narrativa.
  • Activación del Principio de Consistencia.
  • Uso de la Disonancia Cognitiva.
  • Generación de Urgencia y Tensión.

Y no te lo voy a explicar con teoría aburrida. Lo vas a vivir en carne propia, a lo largo de esta serie de artículos. Así que sigamos.

Una figura solitaria en un pasillo oscuro con una luz parpadeante, atrapada en la tensión de una historia. El arte de contar historias se manifiesta en el suspense visual.

2️⃣ La Técnica de la Tensión: Hacer Sufrir (Con Clase)

Ahora entramos en el meollo del asunto: la construcción de tensión.
Aquí no se trata de soltar la información como si nada, sino de dosificarla para que cada pausa, cada silencio, haga que el lector sienta la necesidad urgente de saber más.

Imagina una escena en la que el silencio se vuelve tan pesado que puedes oír el latido del corazón del protagonista. Ese silencio no es vacío, es carga narrativa pura.
Lo que hacemos es jugar con la anticipación: presentamos una escena intensa, dejamos un hueco deliberado y luego, justo cuando el lector cree que va a obtener una respuesta, ¡zas! Cortamos la narración.

Por ejemplo, imagina una noche oscura, una puerta que cruje y un susurro que se pierde en el viento. En ese momento, sin explicar nada, el lector se pregunta:

  • ¿Quién estaba detrás de la puerta?
  • ¿Qué viene después?
  • ¿Es seguro salir o es el preludio de algo mucho peor?

Esa incertidumbre es la esencia de la tensión.
Utilizamos pausas estratégicas y fragmentos de diálogo o descripciones breves que generan un efecto acumulativo: cada pausa es una promesa no cumplida, cada silencio es un truco mental que le impide a tu lector cerrar la pestaña.

Mira, te cuento un caso práctico: en el cine, Tarantino domina el arte de la tensión. En sus diálogos, cada pausa parece decir "espera, aún hay más". Es como ver una escena donde el reloj se detiene y cada segundo se vuelve una eternidad de expectación. Esa es la sensación que queremos replicar en nuestra narrativa.

Entonces, ¿cómo hacerlo?

  • Dosifica la información: da justo lo necesario para intrigar, pero nunca lo suficiente para satisfacer.
  • Crea contrastes dramáticos: alterna escenas de calma con momentos de explosión narrativa.
  • Usa silencios que hablen por sí solos: a veces, la ausencia de palabras es lo que más impacta.

💡Si la narrativa fuera música, las pausas serían los silencios que hacen que cada nota suene más fuerte. Sin pausa, no hay impacto. Sin espera, no hay recompensa.

👉Si aplicas estas estrategias, tu historia se convertirá en una montaña rusa emocional… sin cinturón de seguridad. El lector no solo querrá saber qué pasa, sino que se sentirá compelido a seguir leyendo, a pesar de que cada pausa le haga sufrir de anticipación.

Porque el verdadero arte de contar historias reside en hacer que el lector padezca la espera… y aún así, no pueda soltar la historia.

Una mano sombría acercándose a una puerta entreabierta con luz fría filtrándose. El arte de contar historias se siente en cada pausa y en el miedo a lo desconocido.

3️⃣ Juego Narrativo Interactivo – El Suspense en Tiempo Real

Ahora que entiendes cómo manipular la tensión, voy a mostrártelo (más adelante también te explicaré el "contar vs mostrar en narrativa", pero eso será en otro capítulo de esta serie de artículos).

Ahora voy a contarte una historia.

Pero no te la voy a contar de golpe.

Te la voy a dosificar con suspense. La idea aquí es que cuando escribas el lector sufra cada maldita pausa.

💡Edgard Allan Poe no te dice "tengo miedo". Hace que lo sientas en el ritmo de cada palabra. Un buen escritor no describe el terror… lo contagia.

Saber más sobre el arte del suspense

Empecemos. A este relato corto de ejemplo le pondré de título "El pomo"…

La noche se había instalado con un peso insoportable, como una losa sobre mis hombros.
El pasillo se extendía ante mí, un túnel de penumbra apenas interrumpido por la parpadeante luz de una bombilla moribunda.
El aire estaba viciado, inmóvil, como si algo en aquella casa se negara a respirar.
Di un paso.
El suelo protestó con un crujido sordo, quebrando la quietud como una fractura en un cristal.
Esperé.
Contuve el aliento.
Desde la otra habitación, algo se movió.
Un roce imperceptible.
Un sonido breve, casi un murmullo ahogado por las paredes.
El sudor corrió por mi espalda.
Primera gota: clavícula.
Escuché un paso.
Segunda: omóplato.
Y otro.
Tercera: cintura.
Un tríptico de segundos prestados.
Luego, un susurro.
Tan leve que no supe si lo había oído o si lo había imaginado.
Me quedé inmóvil.
Silencio.
Pero no un silencio vacío.
No.
Este silencio tenía filo.
Se sentía tenso, expectante.
Como si algo, o alguien, estuviera esperando que yo hiciera el siguiente movimiento.
Y entonces, en medio de esa quietud insoportable…
El pomo de la puerta empezó a girar.
Lentamente.
Muy lentamente.
Un susurro al otro lado, seguido de un leve golpe seco.
Pero la puerta no se abrió.
Porque algo, desde el otro lado, la sostenía.
El aire se volvió más espeso, cargado de un peso invisible.
Algo presionaba contra mi pecho, como si la casa misma contuviera la respiración.
Y en ese instante, lo asumí.
No estaba solo.
Pero aún no sabía si lo que estaba conmigo…
sabía que yo estaba allí.

📌 2. Metanarrativa: Las Pausas, Las Malditas Pausas

Ahora que has sentido en carne propia cómo las pausas pueden manipular tu mente, destripemos cómo ha funcionado esta técnica.

Te he dado la historia en dosis mínimas.
 No te solté todo de golpe.

Forcé a tu cerebro a rellenar los huecos.
¿Dónde estaba el personaje? ¿Qué había detrás de la puerta? No lo sabes, pero lo imaginaste.

El silencio se volvió protagonista.
No describí qué había al otro lado de la puerta. No lo necesitaba. Tú ya estabas completando el horror en tu cabeza.

Así que sí.

Tú también has sido cómplice de esta historia.

¿Qué hemos hecho? ¡A destripar se ha dicho!

Si en este momento sientes la necesidad urgente de saber qué pasa después, es porque hemos aplicado la técnica de la pausa y la tensión en tiempo real.

Este pequeño fragmento funciona porque:
Cada frase es un goteo de información. No te suelto todo de golpe. Te hago esperar.
El uso de frases cortas y fragmentadas fuerza a tu cerebro a rellenar los huecos con imaginación.
El silencio se vuelve protagonista. Lo que no digo es tan importante como lo que digo.

Ahora imagina este mismo texto sin pausas:

"La noche se había instalado con un peso insoportable, como una losa sobre mis hombros. El pasillo se extendía ante mí, un túnel de penumbra apenas interrumpido por la parpadeante luz de una bombilla moribunda. El aire estaba viciado, inmóvil, como si algo en aquella casa se negara a respirar. Di un paso. El suelo protestó con un crujido sordo, quebrando la quietud como una fractura en el cristal. Esperé y contuve el aliento. Desde la otra habitación, algo se movió. Un roce imperceptible, un sonido breve, casi un murmullo ahogado por las paredes. Escuché un paso, luego otro, luego un susurro, tan leve que no supe si lo había oído o si lo había imaginado. Me quedé inmóvil. El silencio tenía filo, tenso, expectante, como si algo, o alguien, estuviera esperando que yo hiciera el siguiente movimiento. Y entonces, en medio de esa quietud insoportable, el pomo de la puerta empezó a girar, lentamente, muy lentamente, pero la puerta no se abrió porque algo, desde el otro lado, la sostenía. El aire se volvió más espeso, cargado de un peso invisible, y en ese instante lo comprendí. No estaba solo, pero aún no sabía si lo que estaba conmigo sabía que yo estaba allí."

Funciona, pero pierde todo el impacto (de hecho, estoy casi seguro de que no has pasado de la primera frase).

📌 ¿Por qué esta versión sin pausas pierde el impacto?
El ritmo se acelera demasiado. No hay espacio para procesar cada momento.
El suspense se aplana. Sin fragmentación, el lector no sufre la espera.
Los momentos clave se diluyen. El pomo girando o el susurro no tienen la misma fuerza.

La diferencia entre una historia decente y una que te agarra por la garganta está en la forma en que manejas la información.

Porque muchas veces, las historias inolvidables no son las que más cuentan, sino las que mejor saben callar.

El arte de contar historias es manipulación. Pausas, tensión y sufrimiento… ¿listo para caer? #Storytelling #EscrituraCreativa #Narrativa

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Un cine oscuro con un haz de luz proyectando páginas flotantes, representando la magia del cine y la narrativa.

4️⃣ Desmontando la Tensión en Ficción y Cine

Ahora que has experimentado cómo las pausas pueden hacerte sufrir, vamos a analizar cómo lo hacen los grandes maestros.

Porque si crees que esto es solo un truco barato, déjame decirte que Hollywood, la literatura y hasta las mejores campañas de marketing han perfeccionado el arte de la pausa como una herramienta de manipulación emocional.

Veamos tres ejemplos legendarios de cómo la tensión bien manejada puede volverte loco… y dejarte rogando por más.


📌 1. Tarantino y el Diálogo de la Muerte

Si has visto Bastardos sin gloria, recordarás la escena de la granja.

Dos personajes.
Un vaso de leche.
Un silencio insoportable.

El coronel nazi Hans Landa interroga a un granjero francés sobre la posible presencia de judíos escondidos. Lo hace con una cortesía enfermiza. Hablan del clima, de la familia, de la leche.

Y ahí está el truco.

Cada segundo que pasa, el espectador sabe que algo va a explotar… pero no sabe cuándo.

¿Uno de los secretos? Las pausas.

Te dejo aquí un vídeo con el análisis completo de la escena. No solo profundiza en las pausas y el ritmo, sino también en el trabajo magistral que hay detrás. Aunque se centra en la interpretación única de Landa, también refleja parte de lo que estamos comentando, de la mano de Jordi Maquiavello :

Fíjate: Landa no grita. No dispara de inmediato. Solo bebe su leche, sonríe… y deja que el tiempo haga su trabajo.

Resultado: una de las escenas más tensas del cine.

👉 Aprendizaje para tu storytelling: Deja que la incomodidad haga el trabajo por ti. No digas todo de golpe. Obliga a tu lector a sufrir cada segundo.


📌 2. Hitchcock y la Bomba Bajo la Mesa

Alfred Hitchcock explicó el suspense con una metáfora perfecta:

💣 Si pones una bomba bajo la mesa y explota de inmediato, es una sorpresa.
💣 Si el público sabe que hay una bomba, pero los personajes no, tienes suspense.

Es decir, la clave no está en la explosión, sino en el tiempo que pasa antes de que ocurra.

El lector debe saber más que los personajes, sentir que algo está por pasar… pero no saber exactamente cuándo. Ese es el truco: no mostrar el cuchillo, sino dejar que el lector lo imagine antes de que el asesino lo saque del bolsillo.

👉 Aprendizaje para tu storytelling: Crea anticipación. Dales a tus lectores suficiente información para que sufran… pero no la suficiente como para que se sientan seguros.

💡Si cuentas una historia y sueltas el giro de golpe, lo que tienes es sorpresa. Pero si haces que el lector sufra cada segundo mientras la verdad se acerca… eso, amigo mío, es suspense. Es la diferencia entre asustar con un grito y aterrorizar con un susurro.


📌 3. Stephen King y la Espera Agónica

King es el maestro de la paciencia.

En sus novelas, lo terrorífico no es el monstruo en sí, sino la espera hasta que aparece.

📍 En It, los niños no ven a Pennywise todo el tiempo… pero sienten su presencia en cada esquina.
📍 En El resplandor, Jack Torrance no se vuelve loco de inmediato. Se cuece a fuego lento.
📍 En Misery, la enfermera Annie Wilkes no grita… solo se queda mirando, en completo silencio.

👉 Aprendizaje para tu storytelling: El miedo no está en lo que pasa, sino en lo que puede pasar. Juega con la mente del lector, hazle imaginar lo peor antes de dárselo.


📌 Resumen:
✔ Usa pausas y silencios estratégicos para hacer que cada momento pese más.
✔ Haz que el lector sepa que algo va a pasar… pero sin decirle cuándo.
✔ Deja que la incomodidad haga el trabajo. Lo que no se dice es más poderoso que lo que se dice.

Si aplicas estos principios, tu historia no solo atrapará, sino que hará sufrir de la mejor manera posible. Pero atento: la tensión bien manejada no es solo para el terror o el thriller; incluso en una comedia, saber cuándo callar puede hacer que el chiste golpee más fuerte.

Y ahora que ya lo tienes claro…

Es hora de volver a nuestra historia.

Porque la niña, el zapato y la nota todavía nos deben una respuesta.

Un zapato viejo sobre una mesa de madera, con una nota arrugada sobresaliendo. La atmósfera es inquietante, reflejando cómo contar historias a través de un cliffhanger atrapante.

5️⃣ Cierre con Nuevo Cliffhanger – El Momento en que la Pausa Se Convierte en Tortura.

¿Te acuerdas del zapato?

Ese que sostenía la niña que, hace un segundo, no estaba ahí.

Bueno… resulta que hay algo dentro.

Pero, espera.

Antes de abrirlo, hagamos algo interesante.

Voy a describírtelo, pero sin apresurarme.

Porque si hay algo que hemos aprendido hoy, es que hacerte esperar es lo que realmente va a destrozarte la paciencia.


Es un zapato viejo.
Muy viejo.
La suela está gastada, casi despegándose.
La piel ennegrecida, como si hubiera estado sumergido en algo… algo que ahora preferirías no imaginar.
Dentro, un papel.
No una nota doblada con cuidado.
No.
Esto es algo más siniestro.
El papel está sucio. Manchado. Arrugado como si alguien lo hubiera apretado en su puño con desesperación.
Y en él, con una letra temblorosa, casi ilegible, solo hay dos palabras.

Dos palabras que, en este preciso instante, te gustaría saber.

Pero no.

Porque esa revelación…

Tendrá que esperar a la Parte 3. Y créeme, lo que viene… va a hacer que esta espera parezca un juego de niños.

¿Has leído ya mi artículo "Neurociencia aplicada a la escritura"?


📌 3. Metanarrativa: El Cliffhanger Final

Si en este momento tienes la necesidad insoportable de saber qué hay en la nota, significa que el storytelling ha hecho su trabajo.

Porque esto no ha sido casualidad.

Te di una pista visual impactante. El zapato. Viejo, gastado, con algo dentro.
Te hice esperar lo suficiente como para que el misterio se instalara en tu cabeza.
Y justo cuando ibas a saberlo… te cerré la puerta en la cara.

Y aquí estás, odiándome y queriendo leer la Parte 3 (o eso espero…)

Misión cumplida.

Espera, que esto no ha acabado…

Final del Capítulo 2 – Destripe del Juego Narrativo

(Explicación condensada para entender el proceso y cómo aplicarlo en tus propias historias)

Si has llegado hasta aquí, no solo has leído sobre storytelling y narrativa… lo has experimentado. Y eso, en sí mismo, es parte de la lección.

📌 Lo que hice en la Parte 1:

  • Te enseñé el gancho y el secuestro cognitivo. Cómo capturar la atención desde la primera frase y mantenerla sin que el lector pueda soltarse.
  • Usé el humor como anzuelo. Porque reír relaja, genera confianza y facilita la conexión.
  • Destripé las técnicas mientras las aplicaba. Para que vieras el mecanismo en acción mientras te divertías con el proceso.

📌 Lo que he hecho en esta segunda parte:

  • He eliminado el humor para reforzar la tensión. La comedia relaja, pero aquí necesitaba que sintieras el peso de cada pausa.
  • He trabajado el ritmo, las pausas y la anticipación. Dosificando la información para que la espera te hiciera querer más.
  • He jugado con silencios y preguntas sin respuesta. Porque la mente odia los vacíos de información y busca llenarlos a toda costa.

📌 ¿Por qué lo he hecho así?
Porque la mejor forma de aprender storytelling no es solo entenderlo en teoría, sino vivirlo. Y la mejor manera de explicarlo es través del meta-storytelling y la metanarrativa.

En la Parte 1, mostré los trucos del gancho y el secuestro cognitivo y expliqué cómo funcionan.
En la Parte 2, he aplicado lo que aprendimos en la primera parte para explicarte el ritmo, la tensión y las pausas narrativas.

📌 ¿Qué hemos aprendido hasta ahora?:
El gancho y el secuestro cognitivo te atrapan.
El ritmo, las pausas y la tensión te mantienen enganchado.
El humor y la intriga son herramientas distintas, pero ambas pueden usarse para manipular la atención del lector.
Lo que no se dice a veces pesa más que lo que se dice.

Y ahora que has pasado por todo esto, la pregunta que importa no es "¿has aprendido algo?", sino "¿cómo lo aplicarás en tus propias historias, artículos o textos?"

La Parte 3 está en camino. Y con ella, un nuevo nivel de manipulación narrativa. ¡Agárrate fuerte! Vendrán plantillas descargables y más sorpresas.

Por cierto, ¿qué crees que dice la nota? Las mejores respuestas las publicaré en la próxima entrega.



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Mercedes Soriano Trapero
20 de marzo de 2025 09:45

Vale, Miguel, ya me ha quedado claro: eres un trilero de las palabras, totalmente. Ahora entiendo tus relatos de suspense que, por cierto, me ha hecho gracia cuando he leído la primera pregunta que nos haces ¿cuándo fue la última vez que una historia nos hizo sufrir? Jeje, al causante de mi sufrimiento lo tengo ahora mismo leyendo esto… Y es que, como bien dices aquí, las frases cortas, las pausas, me provocan tensión, voy leyendo y me noto cada vez más tensa, pero, a la vez, me incita a leer más porque, como buen ser humano curioso, quiero saber qué ocurre al final. Está claro, el arte de contar, de narrar, también tiene su misterio para atraer, para sorprender y para que sigas leyendo aunque tengas mil cosas por hacer. Muy buen artículo (y esperando a la tercera parte a ver qué pasa con el zapato dichoso).
Un abrazo. 🙂

Ric
Ric
20 de marzo de 2025 14:43

Bueno Miguel, en esta segunda parte ya desplegas todas tus artes narrativas, con los conceptos inclusive, poco queda por decir, la definición que ha puesto @merche me parece súper, trilero de las palabras, ¡es de crack! 👍
El que no aprenda es porque no quiere con estos artículos, y en tres partes, yo lo denominaría CURSO INTENSIVO DE LIARTE CON LAS PALABRAS 😊😂
En definitiva, se trata de un libro, así que ánimate y publica, he visto manuales con menos chicha y están a la venta.
Excelente tratado sobre contar historias que debe estar en nuestros favoritos o marcadores, para poder acudir a él siempre que tengamos la necesidad de comunicar.
¡A por el tercer capítulo! ⭐⭐⭐
¡Un abrazo compañero! 👍

David Rubio
22 de marzo de 2025 10:03

Hola, Tarkion. Como un prestidigitador, nos muestras la magia de la Narrativa explicándonos el truco y, aún así, logras la misma fascinación. Muy bien explicado, sobre todo, de manera práctica, mostrando sobre la marcha.
Me ha parecido todo un acierto la inclusión de ese vídeo que desgrana una de las mejores escenas del cine como es el inicio de Malditos Bastardos de Tarantino. Esa escena, por sí sola, es un máster en Narrativa.
También me lo ha parecido cómo explicas el uso de los párrafos y el ritmo que puedes conseguir con ellos para crear tensión. Un párrafo de una sola frase es algo demoledor. Concebir los párrafos como unidades narrativas en sí mismas y jugar con sus distintas extensiones es, quizá, la prueba de fuego que diferencia "escribir bonito" de Narrar. Algo que se confunde demasiado a menudo.
Excelente trabajo. Saludos!

finil
finil
4 de abril de 2025 20:09

jajajaja madre miaaaaa!! me voy a dar un chocazo ya con la pared con la intriga jajajaj
oiga encantador de cerebros, estará usted contento manipulando mentes inocentes…porque lo ha conseguido.
me has tenido leyendo al borde del infarto, con las pupilas dilatadas y la tensión en la garganta, como si me hubiera tragado una bola de plomo. Y para qué? para llegar a ese maldito zapato tullido y oscuro sin una respuesta, ni un poco de paz…sino un papel sucio y arrugado como si viniera del mismo infierno una noche de tormenta?
Y ahí están bailando las dos palabras eh?….Pués que sepas que yo las sé …las he visto claras… y no te las voy a decir hasta el final…
Pero te confieso que cuando las he visto en mi mente, se me ha helado la sangre,
se me ha caido el café y hasta el perro ha salido corriendo a esconderse detrás del sofá…
y mientras me retorcía con el alma hecha un ocho, me he llevado la mano al pecho como la señora decimonónica que soy…al borde del desmayo.
He parpadeado fuerte…
He suspirado hondo…
He mirado al cielo y he dicho..
Pero esto que essss???
Porque sabes hacerlo Tarkion, diablos!! enganchas, como si las letras llevaran un conjuro, una trampa de palabras que se clavan como alfileres
…mientras leía, he notado algo raro, como un leve zumbido, un clic extraño.
No del texto,
No del movil.
No, otra cosa..como si alguien ..quizas tu mismo Tarkion? me susurrara desde algún rincón oscuro de la historia.
Y entonces lo he sentido.
He entendido que este relato no es solo un juego.
No era ficción.
Es una advertencia
Porque esas dos palabras…
Esas que tu has plantado como como semilla en ese zapato tullido…
Esas que han hecho temblar a mi perro…

…. "ya vienen"…

Ahora dime tú como se duerme después de eso..
Saludos!! Ha sido muy interesante (y muy becerril)

Miguelángel Díaz Díaz
14 de abril de 2025 22:57

¡Qué dominio de las técnicas, tocayo!
Me encanta las facetas que utilizas para absorber la atención sin dejarme escapar: Prometes, vas dosificando la información, explicas qué técnicas utilizas para hacerlo y nos muestras ejemplos. Lo que más me gusta es cómo enlazas todo esto con la técnicas de grandes autores, en este caso con Hitchcock, Tarantino y King. Genial.
Un fuerte abrazo 🙂

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