I. El Eco Solitario del Post Perfecto (O Casi)
Vale, pongámonos en situación. Son las tantas de la madrugada. Tú, con más ojeras que un mapache con acceso ilimitado a Twitter, acabas de darle al botón de «Publicar». ¡Zas! Tu última genialidad, ese artículo destinado a cambiar paradigmas (o, seamos realistas, a rascar un par de comentarios que no sean spam ruso), ya está ahí fuera, un mensaje en una botella digital lanzada al éter.
Te frotas las manos con esa mezcla de esperanza y cafeína barata. Actualizas la página. Otra vez. Y otra. Esperas esa dulce notificación, ese chute de dopamina cerebral que te confirme que no, no estás gritando solo al abismo pixelado. Y entonces llega: nada. O peor, algo. Un comentario escueto: «Interesante post. Saludos».
¡Saludos! ¿De verdad? ¿Después de pelearte con cada frase, de sudar tinta para evitar esa voz pasiva que acecha como un fantasma gramatical, de esquivar los malditos adverbios en «-mente» que, según advierten los gurús de la corrección, son el anticristo estilístico? ¿Un simple «saludos»? Es para replantearse la vocación. O la conexión a internet.
Es en ese preciso instante de microdesesperación cuando te das cuenta: esto de la comunicación entre bloggers es un campo de minas fascinante y absurdo. Somos una tribu peculiar, conectada por fibra óptica y esperanzas de viralidad, intentando desesperadamente entendernos…, a menudo, con la misma precisión que si intentáramos montar un mueble de IKEA usando solo lenguaje corporal y buenas intenciones.
(Y sí, mientras escribo esto, soy dolorosamente consciente de la ironía. Intentar explicar los fallos de comunicación… fallando potencialmente en la comunicación. Es hermoso y terrible a la vez).
II. Las Capas (a veces Llorosas) de Nuestra «Conexión»
Capa 1: La Comunidad Fantasma – ¿Lazos Reales o Cables Cruzados?
Plataformas como Bloguers.net son un microcosmos genial. Lees a gente increíble, conectas con ideas que te resuenan, sientes esa chispa de «¡Ey, no soy el único loco que piensa esto!». Creas lazos invisibles con avatares que podrían ser tu vecino o un bot ruso muy sofisticado. Es como tener pen-pals en la era digital, pero sin sellos y con el riesgo constante del emoji malinterpretado.
Se habla mucho del «networking humanizado», de tejer redes, de construir puentes. Y es cierto, ¡vaya si lo es! Un comentario genuino, uno que demuestra lectura real, que aporta, que discrepa con gracia…, eso es oro puro. Es el famoso «saludo digital», ese mínimo gesto que te dice: «Eh, te leí. Sigue». Ese intento de enviar oxitocina por TCP/IP.
Pero, reconozcámoslo, ¿qué ocurre con el lado oscuro? El «networking como transacción», el trueque de follows y comentarios prefabricados («¡Gran post! Pásate por el mío»)… A algunos les suena fatal esta práctica, aunque yo me pregunto: ¿qué tiene de malo invitar a visitarnos si el contenido puede interesar? ¿Realmente acumulamos interacciones como puntos de fidelidad, esperando un canje que rara vez llega? A veces lanzamos la botella, sí, pero sin mirar si a nuestro alrededor hay otras naufragando. Lo sé, lo sé, ya reflexioné sobre esto en este artículo. Pero esta es una reflexión de mediodía; después me iré religiosamente a mi siesta de pijama y orinal de abuelete y me olvidaré de todo.
Capa 2: Palabras en Huelga – La Rebelión Silenciosa del Léxico
Y lo más gracioso de todo: ¡somos escritores! ¡Domadores de palabras! ¡Arquitectos de frases! Se supone que esto es lo nuestro. Y, sin embargo, a veces… ¡qué desastre!
Las palabras, esas herramientas supuestamente precisas, se nos rebelan. Tienen doble vida. Es posible que escribas algo con la mejor intención y que el receptor entienda justo lo opuesto. Buscas la palabra exacta, esa que brilla en tu mente como un faro de claridad, y resulta que para el resto del mundo es más ambigua que el final de Lost.
Y luego está la normativa. ¡Ay, la normativa! Esa jungla de reglas ortotipográficas donde la coma se convierte en un arma letal, la tilde diacrítica juega al escondite y el leísmo te mira con condescendencia desde su pedestal gramatical. Intentamos lograr esa musicalidad sublime, esa prosa que fluya como un río…, y acabamos con algo que suena más a atasco en la M-30 en hora punta.
¿No es profundamente irónico que dediquemos horas a pulir la forma, a debatir si un punto y coma es demasiado pedante, y luego un simple emoji mal elegido provoque una guerra termonuclear en los comentarios?
(Meta-guiño: Mientras escribo esto, he reescrito esta frase tres veces. La lucha es real, amigos. La lucha contra nosotros mismos y, en ocasiones, contra nuestro perfeccionismo enfermizo).
Capa 3: Herramientas Divinas… o Diabólicas
Para añadirle picante al asunto, tenemos la tecnología. Google Analytics, ese espejo deformante que refleja una realidad paralela donde tu tráfico depende de los ciclos lunares.
Las IA generativas, capaces de poner en duda quién escribe qué, cuando no son más que papagayos sin alma; pero aun así, suscitan dudas sobre la autoría de los textos. Y sobre esto, os remito al magnífico artículo del compañero Marcos: La IA aún no lo domina todo en el mundo de la escritura.
Intentamos aplicar la ciencia lingüística en nuestros artículos o relatos: neurocopywriting, disparadores emocionales, los siete mandamientos de Cialdini, el storytelling que «secuestra cerebros»… y a veces lo único que secuestramos es el sentido común. Usamos el framing para sonar persuasivos y acabamos sonando a manipuladores de baratillo.
¿Nos ayudan estas herramientas a mejorar la comunicación entre bloggers o solo añaden más ruido? ¿Estamos conectando mejor o simplemente optimizando la ilusión de conexión?
(Silencio incómodo. Puedes rellenarlo con el sonido de un módem de 56k intentando conectar con la realidad).
Pensamiento Fugaz – Confesiones a Mediodía
Vale, reconozco que a veces me paso de cínico… o de iluso. Pero es que es tan… ¡divertido! Ver cómo nos esforzamos tanto con las palabras para acabar, muchas veces, diciendo tan poco. O diciendo justo lo que no queríamos. En fin, sigamos antes de que esto parezca una sesión de terapia grupal para escritores que sudan tinta (y a veces solo consiguen manchar).
III. Entonces… ¿Tiramos la Toalla (o el Teclado)? (Abrazando el Glorioso Desastre)
Si las palabras fallan, si la conexión digital es un espejismo intermitente y si las herramientas a veces estorban más que ayudan…, ¿qué sentido tiene todo esto? ¿Por qué seguimos tecleando hasta las tantas, exponiéndonos al juicio silencioso de Google y a los «Saludos» lapidarios?
Creo que la respuesta no está en la perfección, sino en el intento. En esa necesidad humana, casi primitiva, de contar historias, de compartir un trozo de nosotros, aunque sea a través de un filtro digital y con riesgo de cacofonía o ambigüedad.
Los lazos entre bloggers, por extraños y digitales que sean, existen. Se sienten en ese comentario inesperado que te alegra el día, en esa recomendación que te descubre un blog genial, en ese «buenos días digital» silencioso pero presente. Quizás no necesitamos palabras perfectas; quizás solo necesitamos gestos honestos, como cuando alguien comenta "Me reí tanto que escupí el café" (y tú te empiezas a reír también, ¿o no?).
Tal vez la verdadera musicalidad no es la cadencia perfecta, sino la vibración humana que se cuela entre líneas mal puntuadas y metáforas cojas. Esa resonancia que ocurre cuando, al otro lado de la pantalla, alguien asiente y piensa: «Sí, a mí también me pasa».
Así que, la próxima vez que publiques algo y te enfrentes al silencio o a un «Saludos», respira hondo. Ríete del absurdo. Y sigue escribiendo. Porque esta tragicomedia digital, con todos sus fallos y absurdos, es también el lugar donde encontramos gente increíble y donde, a pesar de todo, seguimos intentando… comunicarnos.
Y ahora, la pregunta del millón (o del comentario): ¿Cuál es la cosa más absurda o maravillosa que te ha pasado en esto de la comunicación entre bloggers? ¿Eres de los que creen que las palabras nos salvan o de los que sospechan que son una trampa bienintencionada? ¡Nos leemos (o malinterpretamos amistosamente) en los comentarios! Pero yo, me voy a por mi pijama. ¡Hasta la próxima!

¿Te ha gustado esta entrada?
Hola, Miguel. Mi opinión es que el "Interesante post. Saludos", también es de agradecer, porque no todo el mundo tiene el mismo tiempo ni la misma facilidad para comentar. A mí, a veces, me ocurre que aunque me guste el post, no se me ocurre mucho que comentar o me da la impresión que siempre digo lo mismo, que también me pasa bastante. Y luego también está la gente que vota y no comenta y, oye, gracias por el voto, creo yo. Que tampoco hay que tomárselo como una obligación, ni votar ni comentar. Es mi opinión.
Respecto a la cosa más absurda, por llamarla de algún modo, que me ha ocurrido en esto de los blogs, es que hace tiempo en un artículo sobre racismo, un tipo encantador me dejó un comentario diciendo que porqué no me follaba a un negro si tanto me gustaban y otras tantas lindezas similares. Desde ese día, reviso los comentarios antes de su publicación, aunque tengo que decir que no me ha vuelto a ocurrir nada parecido.
Y ahora, después del rollo que he soltado, necesito tomarme un té ☕️ 🤗
Hola, Beatriz.
Gracias por pasarte y compartir tu opinión de forma tan directa y clara. Coincido en que cada lector tiene su contexto, su ritmo, y su manera de mostrar que ha estado ahí. A veces no se puede comentar largo, o simplemente no se encuentra qué decir. Y como bien dices: un voto, un gesto mínimo, también es un “te he leído”. Eso también vale.
Lo que cuentas sobre ese comentario racista me ha dejado helado. Hay cosas que duelen solo con leerlas, y que alguien se atreva a escribir algo así deja claro que seguimos teniendo mucho que combatir, también desde nuestros blogs. Normal que pusieras filtros y que no permitieras que eso ensuciara tu espacio. Ojalá nunca más te cruces con algo así.
Gracias por tu sinceridad, tu presencia y ese té ☕️ que has dejado flotando entre líneas.
Un abrazo, compañera. Yo al final ayer me eché la siesta, y por eso hoy llevo desde las 3 de la madrugada despierto jajaja
"Interesante post. Un saludo"
No, venga, ahora en serio. Cómo quien no quiere la cosa (o quizás si, queriendo precisamente) tocas fibra en este campo de minas (tomo prestada tu expresión) que puede ser la comunicación entre bloggers. Aunque el "Interesante post. Un saludo" no sea precisamente el comentario que más espacio le pueda dar a un intercambio de ideas interesante, creo que también es de agradecer aunque sea el equivalente digital a "parece que va a llover" cuando te cruzas con un vecino con el que no tienes nada de feeling en el ascensor. Es de agradecer, simplemente porque ese alguien se ha tomado el tiempo de leernos y no pasar de puntillas sin dejar ni un "te he leído" siquiera.
Dicho esto, también es cierto que (como la gran mayoría de nosotros) prefiero los comentarios que realmente tienen algo que decir a los de ‘comentar por comentar’. Los que dejan porque ha habido algo en lo que acabas de publicar que ha ‘tocado’ a tu lector y que lo ha movido a comentar, no por obligación, si no porque le ha nacido responderte algo a lo que has compartido.
¡Flossy!
Tu “Interesante post. Un saludo” me ha hecho reír —como tenía que ser— y de hecho resume de forma brillante todo ese código extraño que usamos aquí, entre blogs, pantallas y comentarios a medio camino entre la cortesía y la conexión real.
Y sí, lo confieso: la entrada empieza desde la broma. No me han dejado nunca ese comentario (todavía) y tampoco me molestaría si lo hicieran. Pero me apetecía exagerarlo, construir desde ahí una pequeña tragicomedia bloguera… porque al final es eso: una reflexión escrita a medio camino entre la guasa, el café y la melancolía digital de mediodía. Era más un retrato irónico de cómo dramatizamos (a veces con razón, a veces no tanto) que una queja real de ningún tipo.
Dicho eso, me ha encantado tu comparación con ese saludo neutral de ascensor que no compromete a nada… pero que, oye, al menos confirma que no somos fantasmas. Y es cierto: incluso ese gesto mínimo tiene su valor, aunque la mayoría de nosotros vivamos con más ilusión esos comentarios que se notan leídos, sentidos, compartidos.
Gracias por leer con humor, con empatía, y por contestar con un estilo tan lúcido y generoso. Ya con eso, el post se justifica solo.
Un saludo de verdad 😉
Miguel
Hola Miguel, no debería haber leído esta reflexión tuya. Es verdad, a veces –demasiadas– pasamos de puntillas por multitud de posts, por falta de tiempo? quizás.
Creo que sí, al menos en mi caso, que voy justo de tiempo pero es verdad que no tanto como para simplemente "saludar".
Así que esta vez el éter te ha escuchado y este post tuyo ha dado de lleno con mi realidad así que a partir de este momento –y por culpa de tus neuras digitales 🤣– cambiaré mi forma de proceder y cuando comente pondré mucho más de mi, porque si queremos, podemos.
Tocará buscar esos segundos o minutos necesarios pero aparecerán.
Gracias por ese aldabonazo y SALUDOS!!!
Nos vemos en el éter.
Hola, Javier.
¡Y tanto que el éter respondió esta vez!
Me ha encantado tu comentario porque capta justo lo que buscaba con el texto: abrir un pequeño espejo con humor y, si acaso, provocar una reflexión sin dramatismos.
Como le decía a Flossy lo escribí más como desahogo juguetón que como crítica seria. Tenía ganas de burlarme un poco de nuestras manías blogueras, propias y ajenas, sin perderle el cariño a nada de esto. Y me alegra que hayas entrado en ese tono, sin tomártelo como una sermón encubierto, porque no lo era.
Lo de los segundos para comentar… uff, todos los peleamos. A veces el día no da, y está bien. Pero cuando se puede, dejar un “algo” sincero, aunque sea breve, ya es un buen gesto. A veces solo necesitamos que alguien nos diga “te he leído y esto me tocó”.
Gracias por pasar, Javier. ¡Nos seguimos cruzando entre teclas!
Un abrazo
Hola, Miguel, ¿y este artículo? Yo te dejé esta mañana tranquilo o creo yo…, y ahora, ¿qué pasó? ¿Alguien te dejó un interesante post. Saludos?
Tranquilo, no te alarmes, que luego se te escapan las palabras y vas tirando dardos lingüísticos por ahí sin ton ni son…
Ya en serio, jeje, todo depende del tiempo, como siempre. Ya creo que lo comenté en el otro artículo que mencionas (por cierto odio la palabra post, me parece feísima). Y también hemos hablado sobre la cantidad de palabras (y hecho un duelo). Cada uno es como es y tiene el tiempo que tiene.
Particularmente, me gustan los comentarios sinceros, a veces un comentario corto es más sincero que uno largo parafraseando mi artículo; o a la inversa, depende.
En bloguers me gusta votar si he leído el artículo y me gusta, pero quizá no comento porque tampoco sé mucho al respecto o hay algo que no me ha gustado del todo, según.
Todo depende del día también, del tiempo, etc. Es inevitable. Pero no debes comerte la cabeza al respecto, esto es como todo: depende.
Ahora me he enrollado, mi próximo comentario será: interesante post. Saludos. 😜
Un abrazo, compi. 🤗
Ah, y la pregunta final, que se me olvidaba… Lo más absurdo es cuando alguien que no conoces de nada, que nunca ha leído nada tuyo, que de repente entre a tu blog y te diga: te he leído, puedes ir a mi blog a leerme y me dejas un comentario y en bloguers me votas… (Siempre digo: y te hago la cena también si tú quieres).
Y lo mejor: conocerte, conoceros (Maty, Ric, Finil, etc., etc., etc.).
🤗
¡Ay, Merche!
jajajja ese “te leo, comenta y vota” con el combo cena incluida… me ha hecho soltar una carcajada. Es que lo has clavado. Es tan surrealista que uno no sabe si reír o llorar.
Y lo otro que dices… lo mejor sin duda ha sido conoceros. Porque entre reflexiones, letras y algún que otro orinal de siesta, se ha ido formando algo bonito y raro a la vez: una comunidad que no es perfecta, pero sí muy real.
Gracias por ser parte de eso.
Nos seguimos leyendo (y enrollando -¡con palabras!- cuando haga falta 😏).
Merche…
Jajajaja, sí, tú me dejaste en paz esta mañana, pero yo ya estaba tramando cosas… 😈
No, no me dejaron ningún “Interesante post. Saludos” real (¡todavía!), pero me pareció un punto de partida gamberro para montar esta reflexión tragicómica sobre nuestras interacciones blogueras. Y sí, se me escapan los dardos lingüísticos cuando me entra el modo sátira, aunque esta vez iban sin veneno, te lo juro.
Coincido contigo: cada uno comenta como puede y cuando puede, y hay veces que un comentario breve y sincero vale más que uno largo y florido que no dice nada. Pero eso no quita que me lo pase bomba exagerando las contradicciones de este mundillo, y que el artículo tuviera, ejem… un objetivo oculto: provocarte un comentario largo.
Y ha funcionado.
Lo voy a ir dejando por aquí como quien no quiere la cosa: una victoria para el lado oscuro.
(Próxima parada: verte escribiendo una intro de 3000 palabras sin darte cuenta… ¡tiempo al tiempo!) jajaja
Un fuerte abrazooo. 🤗
¡¡¡¡Ahhhh!!!! ¿Con que era esa tu intención? Llevarme al lado oscuro sin que yo me diera cuenta… ¡La madre que te trajo! Y yo caí, me pillaste en horas bajas…
Sí, pero aquí en el blog, en bloguers no, jijijiji (risa maliciosa)…
jajajaja… meditando sobre cuáles pueden ser las próximas horas bajas de Merche en 3…2…1 jajaja
Hola Miguel, es un artículo interesante.
Yo en mi caso hay veces que he dejado comentarios escuetos por falta de tiempo, o me gusta el artículo pero no he terminado de entenderlo.
Pero normalmente me gusta dejar comentarios que puedan llenar un poco a quien los recibe.
Que deje constancia que de verdad he leído sus letras.
"Interesante post. Saludos"
Sinceramente para eso prefiero no comentar, porque a mi me daría que pensar que va por todos los blogs dejando esa frase, y oye alguien le devolverá la visita, y quizás ni ha leído. Entonces antes que eso, prefiero decir…
"Fulanito te he leído pero ahora no puedo comentar" y volver cuando pueda.
O dejar voto si me ha gustado y no decir nada. Ya diré cuando pueda.
El caso que cada persona es un mundo y ve las cosas de una manera.
Me quedo con que son mejores los gestos honestos.
Lo mejor que me ha pasado en blogger es conoceros a muchos de vosotros.
Y cosas así extrañas, algún comentario que no viene a cuento en el blog erotico.
¡Un abrazo fuerte Miguel!
PD.: espero que hayas echado bien la siesta, y que no hayas necesitado el orinal, jajaja. ¿Sabes? Eso lo decía mucho un amigo de los foros con quien me reía mucho, me lo has recordado.
¡Mari!
Tu comentario me ha hecho reír y asentir mentalmente a eso de “mejor no comentar que dejar algo vacío”, porque al menos yo pienso igual. A veces un “te he leído, pero ahora no sé qué decir” vale más que todo un párrafo de elogios en piloto automático. Y lo de “volver cuando se pueda” debería estar tatuado en la guía de uso emocional de Bloguers.net.
Me ha encantado también lo del amigo de los foros y el orinal. ¡Qué maravilla de memoria compartida! Me has llevado directo a esa época en la que uno se reía a carcajada limpia con cosas así. Lo importante es que, después de mis primeras experiencias en foros, chats de ICQ, y aquellas libretas de servidores FTP que me monté en plan chat casero… al final seguimos aquí, con más teclas, más letras… y más ganas de reírnos en medio del apocalipsis de las métricas.
Ahí iba mi reflexión locuna del día: justo a esto. A la conexión real. A estos momentos. 🤗
Sin duda, lo mejor son estas conversaciones: cercanas, con sentido, con risas… y con orinal, jaja.
¡Un abrazaco de los que suenan!
Estimado Miguel
Como siempre, tocando temas candentes, lo cual me alegra de manera enorme. Al igual que yo, como ya hemos comentado, el blog es un sitio en el que escribimos lo que nos apetece, es nuestra casa en Internet, al que no le guste, que no lea.
Los haters, los amargados, como yo los conocía en nuestros tiempos los hay en todas las partes, desde a vecina del quinto, que se dedica a mover el visillo y cotillear a todo el mundo, porque no tiene vida. También, al elemento que nos visita y nos pone un comentario, sin apenas conocerte, solo para desprestigiar tu trabajo, con solo su criterio.
Hay algo muy claro, escribimos para que nos lean, al que no le guste, que no lo haga, lo demás ya lo sabes, escribo porque quiero y punto, las valoraciones que me den son bien recibidas pero tampoco me van a agobiar si no son lo positivas que me gustaría, y si son malas, habrá que mirar, investigar y valorar si las tomamos en cuenta, pero, desde luego, a mi no me van a quitar las ganas de escribir o contar lo que me interese.
Sobre la IA es como todas las nuevas cosas que van apareciendo, si las usas para el bien, está perfecto, pero si las usamos para el mal, nada se puede hacer, en mi opinión, ha que seguir aprendiendo, aunque ya seamos jubilados
¡Un fuerte abrazo compañer@s!
¡Ric!
Qué razón tienes: esto de escribir en nuestros blogs es como tener un pequeño refugio con vistas a internet. Publicamos lo que nos nace, lo que nos da la gana, y al que no le guste, pues eso… que cierre la pestaña.
Lo de los haters versión digital/vecina del visillo me ha hecho reír. Como bien dices, no se trata de gustar a todo el mundo, sino de no dejar que te influyan.
Sobre la IA, totalmente de acuerdo contigo. Es una herramienta, no un oráculo. Sirve para lo que sirve… y si se usa con cabeza, puede acompañar. Pero el criterio y la voz —esa que no se copia— sigue siendo lo que marca la diferencia.
Gracias por pasarte.
¡Un abrazo, compañero!
Hola Miguel, me encanta cómo escribes, lo haces divertido, interesante y nos haces reflexionar, como en este caso.
Creo que quien busca tener muchos amigos, muchas interacciones, muchos likes, muchos comentarios y "ésa" sea su preocupación principal, fallará comunicando con más frecuencia. Mientras más auténtico sea uno, pienso, atraerás más interacciones reales. ¿Y qué si un relato no da satisfacciones? No pasa nada, pariste a tu hijo y te salio medio defectuoso jajaja. Entonces ¿qué sigue? ¡Aprender a hacerlo mejor! Siempre para ti, porque eres el primer lector, el primer crítico y si algo no te llena ¿cómo va a llenar a los otros? Ahora. Lo que te comentaba la otra vez, sí siento que muchas interacciones son "buena ondita" y eso esta fantástico pero olvidamos un poco el ser críticos para que todos podamos crecer y mejorar. Críticos constructivos y no destructivos, no gente viciosa que solo hace sentir mal a los demás. Críticas desde el cariño, nadie debiera enojarse. Pero te aseguro que si empezamos así, las interacciones se pondrán media feas jajajaja. Saludos y abrazos desde México.
¡Hola, Ana!
Me encanta cómo hablas sin rodeos pero con esa chispa que lo aligera todo (“te salió medio defectuoso” me ha sacado una carcajada, jaja). Y sí, totalmente de acuerdo: si uno no disfruta lo que escribe, ¿cómo va a resonar en los demás?
Lo de buscar interacciones solo por cantidad es, como dices, un camino envenenado. Conecta mucho más una frase sincera de alguien que realmente ha leído, que diez comentarios en modo cortapega. Esa autenticidad se nota —y se agradece—.
Sobre las críticas constructivas… lo suscribo también. Pero te digo algo: sería la guerra, jajaja. Al principio todo sería tacto, buenas intenciones, “desde el cariño”… y al cabo de un tiempo ya estaríamos todos con cubos y palanganas bajo las goteras. Porque claro, hay quien no distingue una crítica de un misil, y a la tercera sugerencia te mira con cara de “¡a mí me vas a decir cómo escribir tú!”. Por eso pienso como tú jaja. Pero ese tipo de crítica está bien en petit comité, en confianza, y si la otra persona la busca. Yo también disfruto muchísimo la crítica literaria bien hecha, pero me guardo la artillería para cuando alguien me la pide… y en privado. Porque si disparas al techo sin avisar, luego te toca poner el cubo tú 😅
Un abrazo grande desde este lado del océano. ¡Y gracias por estas risas! Jajaja
Vaya problema ese de la comunicación entre bloggers, no me la había tomado de esa manera, ni estoy mucho esperando lo que me digan, aunque me encanta que me dejen comentarios, que me hagan ver desde otra perspectiva mis escritos, que me abran a la visión de otros, que muchas veces la tengo bien restringida. Sin embargo no me obsesiona, tal vez al principio, con el paso del tiempo, escribir es lo que me gusta, me centra, me hace meditar, me hace verme reflejada, es mi terapia y bueno, que sea lo que sea, cada quien tienes sus formas y todas son respetables aunque no me agraden.
Algo chistoso que me pasó hace mucho tiempo, fue alguien que criticó mi escrito, muy bienvenido por supuesto, no era ese el punto, sino el que empezó a darlo vuelta y a indicarme que era lo que tenía que haber escrito, el contenido que tenía que haber puesto o sea que sacó de él su versión para mostrarme que la mía era errónea. Sin lugar a dudas era otro punto de vista, que estaba muy bueno si no comparaba si simplemente hubiera señalado que lo miraba desde otro ángulo. Eso sí, fue un poco agresivo y desde las alturas de un gran ego desde donde hablaba y sin lugar a dudas un sencillo escrito lo había movilizado demasiado. Pretendía que hiciera el cambio corregido con su aporte. Me divirtió mucho tu entrada, tus ocurrencias y sobre todo me mostró un mundo. Gracias, abrazo
Hola, Themis!
Muchísimas gracias por pasarte a leer esta "reflexión de mediodía" y, sobre todo, por compartir tu propia perspectiva y experiencia. Me alegra que te divirtieran mis "ocurrencias" y que el artículo te mostrara algo nuevo.
Me parece muy sana y sabia tu forma de ver los comentarios: disfrutarlos cuando llegan y aportan, pero sin obsesionarse, centrada en el propio placer y necesidad de escribir. ¡Para mí es la actitud más inteligente en este mundillo a veces tan extraño! El artículo, en el fondo, era una forma de reírme un poco de esa ansiedad que a veces puede entrar por la interacción, exagerándola un poco, o mejor dicho, mucho jaja
Y madre mía lo que me cuentas de ese comentarista que te tocó… ¡hay gente para todo! Qué paciencia hay que tener a veces, ¿verdad? Es increíble cómo algunos confunden "dar una opinión" o "señalar otro ángulo" con intentar reescribir la vida (¡o el texto!) del otro desde su propio pedestal. ¡Menudo personaje te encontraste!
Al final, como bien dices, cada uno tiene sus formas, y lo valioso es precisamente esto: poder compartir estas experiencias, leer comentarios como el tuyo que aportan, que conectan y que demuestran que, a pesar de todo, sí hay comunicación real y valiosa entre blogs.
Gracias de nuevo por tu lectura y por tus palabras, Themis.
¡Un abrazo grande!
Buenas Tarkion!!
Ayy!! te has vuelto un dramas!! como yo!!! jajaja
Ahí deshaciéndote en colocar comas para que te suelten un Que interesante…
Venga, solo tienes que sacar la vara de medir interacciones y ponerte a repartir collejas blogueras (metafóricas o no, como vayas viendo).
Yo que te voy a contar? Empecé este blog, con la intención de hacer una "revista digital" medio seria y con glamour jajaja pero desde que entre el Bloggers y dí con vosotros, ya no se en que se ha convertido. Es un cruce loco entre historias y disparates varios.
Me interesa más eso, picar a uno para que salte, que otro se de por aludido..y quizás sea por lo mismo..por humanizar un poco tanto "digitaleo" y por leer comentarios más personalizados y con fundamento.
Prefiero que me lean cuatro con cierto interés, que doscientos que vayan de paso. Así que a seguir guerreando, que esto es una trinchera, y un vicio del bueno. Para eso estamos curtidos en batallas blogueras. Saca tus dramas y que no decaiga el ánimo, que la blogueriza verdadera aún respira.
Un abrazo alentador.
Por cierto, interesante post. Un saludo
Finil, si algún día te da por ordenar ese caos delicioso que tienes en tu blog, pierdes la mitad del encanto. Lo digo desde el respeto y con toda la admiración: eres una fuerza bloguera de la naturaleza. Una que escribe con desparpajo, con sentido, y con esa habilidad para sacudirnos sin previo aviso con una frase que huele a vida.
Lo de “repartir collejas blogueras” me ha dado la imagen mental de una especie de community manager medieval, con vara y túnica, vigilando la plaza pública de los comentarios. Más que dramón, me puse en plan gamberro un poco mucho jaja, pero es que tenía el orinal a mano y la siesta se me resistía jajaja
Coincido contigo en lo importante: más vale poco y bueno, que mucho y vacío. Y si en el camino nos echamos unas risas, sacamos alguna espinita y dejamos palabras que alguien de verdad lea… misión cumplida.
Ah, y gracias por ese “interesante post. Un saludo”. Lo guardaré como reliquia. O como conjuro. O como amenaza para futuras entradas, aún no lo tengo claro 😏
Un abrazo sin drama (pero con épica bloguera).
Pd: perdona la tardanza en contestar. Hasta hoy no lo he visto, mayorcete que está uno ya jaja
Hola, Miguel.
Sí que es de agradecer ese escueto ¡Saludos! que nos indica que hay alguien detrás que se ha preocupado de entrar y leer. Pero hay también una gradación de saludos y comentarios que nos indican mucho más, nos devuelven sobre nuestras ideas publicadas y, a veces, encuentran matices y quiebros interesantes en lo escrito. Encontrar esa comunidad en un tiempo tan acelerado, sobreestimulado y vertiginoso como este es una suerte que hay que trabajarla.
Un fuerte abrazo, tocayo 🙂
“Hay también una gradación de saludos”… Me ha encantado esa expresión, tocayo.
Porque sí, a veces un saludo es solo un eco. Y otras, trae consigo todo un subtexto: “te he leído”, “esto me tocó”, “quiero compartir contigo lo que vi entre líneas”. Ese es el tipo de interacción que nos devuelve a nosotros mismos, a nuestras propias ideas, pero pasadas por el tamiz de otra mirada. Y eso vale oro.
Me quedo con lo que dices: esta pequeña comunidad digital, imperfecta pero intensa, es una suerte que hay que trabajar. Requiere presencia, honestidad y hasta un poquito de locura para seguir escribiendo cuando el ruido de fuera invita a rendirse.
Gracias por estar ahí, por leer con esa mirada tuya que detecta matices y los devuelve con respeto.
¡Un fuerte abrazo, compañero! Y que nunca nos falten los “quiebros interesantes” en lo que escribimos.