La quietud rota: el enigma del "Vigía de nácar" que desconcierta a la ciencia y divide a un pueblo

Nota del autor: Esta crónica nace como respuesta al "Vadereto", el reto de escritura de julio propuesto por José Antonio, en su página Acervo de Letras.
Premisa del reto: "Vuestro relato consistirá en una crónica periodística. Tenéis que buscar una fotografía simpática y adecuada (o pedirle a alguna IA que os la haga) y redactar el suceso."
Gracias por la inspiración, compañero.


Valdeciervos, Soria. 4 de julio de 2025. – La vida en Valdeciervos, hasta hace tres semanas, se medía en campanadas y estaciones. Los inviernos eran una promesa de silencio blanco; los veranos, un murmullo de chicharras sobre el trigo dorado. Un microcosmos de apenas 247 almas regido por la cadencia inmutable de la tierra soriana. El tiempo, aquí, no corría. Decantaba.

Todo cambió en la madrugada del 21 de septiembre de 2024.

No hubo estruendo, ni luces celestiales, ni temblor que sacudiera los cimientos de las casas de piedra. El cambio fue silencioso, orgánico, como si la propia tierra, en un acto de febril secreto, hubiera decidido dar a luz una imposibilidad. En la parcela comunal conocida como «El Redil», un terreno yermo reservado para la feria anual de ganado, apareció.

Los primeros en verlo fueron los hermanos Poveda, cuya rutina de paseo matutino es tan fiable como el amanecer. «Pensamos que era una de esas cosas modernas de la capital», declararía más tarde Aniceto Poveda, con la voz rasposa de quien ha fumado cuarenta años sin prisa. «Una escultura de esas que no se entienden».

Pero no era una escultura. Su creador no pertenece a ninguna escuela conocida.

Lo que ahora los locales han bautizado, con una mezcla de sorna y temor reverencial, como el «Vigía de nácar», desafía cualquier taxonomía. Se yergue hasta unos siete metros sobre una base ancha, bulbosa, de una textura que los informes describen con desconcertante imprecisión como «similar al nácar, pero cálida al tacto». De este tronco anómalo, que carece de corteza y emite un leve olor a ozono y tierra húmeda, surgen tres apéndices gruesos y lisos. Se enroscan sobre sí mismos en una espiral ascendente, culminando no en ramas ni hojas, sino en una serie de protuberancias ovoides, de un blanco lechoso, cada una del tamaño de un balón de rugby.

Son estos ovoides los que otorgan a la estructura su aura inquietante. Repartidos en una distribución asimétrica, cada uno presenta en su superficie una fisura oscura, una línea perfectamente vertical que se asemeja a un párpado cerrado. No hay fotografías claras. Los dispositivos electrónicos, según múltiples testimonios, fallan en un radio de cien metros. Las baterías se agotan, las pantallas mueren. Las únicas imágenes son bocetos a carboncillo realizados por la hija del alcalde, una estudiante de Bellas Artes que ha encontrado en la anomalía una musa imprevista.

La reacción inicial de las autoridades fue un compendio de manual y desconcierto. El alcalde, Amando del Río, un hombre pragmático acostumbrado a sequías y disputas de lindes, acordonó la zona. «Por precaución», anunció en un bando colgado en la puerta del bar La Taba. «Hasta que sepamos qué es esta… cosa».

La «cosa», sin embargo, no coopera. Un equipo de biólogos de la Universidad de Valladolid llegó a las 48 horas, ataviados con trajes de protección que contrastaban cómicamente con las boinas de los jubilados que observaban desde la distancia. Su informe preliminar, filtrado a la prensa local, es una pieza de perplejidad científica.

Los puntos clave son demoledores. Primero: la estructura no presenta ADN reconocible. Segundo: su composición celular es análoga a la de ciertos hongos, pero con una organización de complejidad inédita. Tercero: no realiza fotosíntesis ni muestra actividad metabólica estándar, pero mantiene una temperatura interna constante de 36,8 grados Celsius. La conclusión del informe es una frase lacónica y perturbadora: «Es, a todos los efectos, una imposibilidad biológica».

El vacío científico ha sido el terreno fértil para toda clase de teorías. Descartadas las hipótesis del satélite o la instalación artística, el pueblo se debate entre la visita extraterrestre y la manifestación sobrenatural. Y es aquí donde entra en escena una figura que ha añadido una nueva capa de complejidad: Don Ramiro de la Fuente, catedrático emérito de Filología Semítica, jubilado en el pueblo desde hace una década.

«No es un árbol, ni un visitante», me explicó Don Ramiro en su estudio atiborrado de libros, mientras una mota de polvo danzaba en un rayo de sol. Su convicción era tranquila, casi peligrosa. «Es un “Umbral”. Un órgano somático de una realidad adyacente que ha… perforado el tejido de la nuestra».

Hizo una pausa, asegurándose de que yo procesaba la enormidad de su afirmación. «Los “ojos”, como los llaman, no ven. Escuchan. O, para ser más precisos, resuenan. Vibran con las constantes psíquicas del entorno. Está cartografiando nuestra conciencia, aprendiendo nuestras definiciones de realidad, de miedo, de esperanza».

Su teoría ha sido recibida, oficialmente, con escepticismo. Extraoficialmente, ciertos acontecimientos recientes siembran la duda. Los niños de Valdeciervos han dejado de jugar a la pelota; ahora se sientan en círculo cerca del cordón policial y tararean una melodía monótona que ningún adulto recuerda haberles enseñado. Algunos ancianos afirman que, durante la noche, el viento trae consigo susurros que parecen responder a pensamientos no verbalizados. El propio cartero jura que las cartas cambian de destinatario solas si pasan demasiado cerca del Redil.

El Vigía de nácar no ha crecido ni ha cambiado. Permanece impasible, silencioso, cálido. Los biólogos se han marchado. La Guardia Civil mantiene una vigilancia laxa. El alcalde ya no responde a las preguntas sobre el tema. «¿Qué quiere que haga?», fue lo último que dijo. «¿Que lo tale? ¿Y si sangra? ¿Y si grita?».

Mientras tanto, la vida en Valdeciervos ha adquirido una nueva textura. Las conversaciones ya no giran sobre la cosecha. Hay quien le deja ofrendas: flores, un cuenco de gachas, poemas en servilletas de papel. Otros lo miran con recelo, como un presagio. La quietud se ha roto. Las campanadas siguen marcando las horas, pero el tiempo ya no decanta. Ahora, en Valdeciervos, el tiempo contiene la respiración.

Y los ovoides blancos, con sus fisuras oscuras, parecen estar a punto de parpadear.

| DATOS "OFICIALES" |
|———————–|
| – Altura: 7 metros.
| – Temperatura: 36.8° (como un humano).
| – Efecto tech: Radio de 100 m.
| – Teorías: 73% alien, 20% milagro, 7% "algo del gobierno". (Encuesta: Bar La Taba) |

Por M. Gutiérrez | Enviado especial a Valdeciervos


Por si crees que a alguien más le gustaría.

Publicado

en

por

Etiquetas:

Notificaciones
Notificar de
guest
19 Comentarios
Anteriores
Recientes Más votados
Opiniones integradas
Ver todos los comentarios
Themis
4 de julio de 2025 16:50

Hola Miguel, me encantó, como va despertando ese asombro entre los habitantes que no le encuentran una respuesta a lo que sus ojos están viendo, que ni los catedráticos y seres sapientes pueden responder, que no se encuentra una solución para ello, que hace cosas que no se entienden sin embargo no afectan, que el único que puede mirar un poco más allá y aventurar una respuesta que no va con lo establecido en las cabezas, no es escuchado, el escepticimo gane la partida, pues ¿quién va querer arriesgarse a un cambio?, tan cómodos en su zona de confort. Los niños únicos escuchas con la intuición y la recepción se hacen eco de ese encuentro y poco a poco el pueblo motivados por el miedo, comienza con las ofrendas única manera que desde siempre se tiene para demostrar respeto. Abrazo grande

Merche
4 de julio de 2025 17:38

Hola, Miguel, nada, no hay que preocuparse, solo es un ajo al que le han crecido demasiados los dientes, solo eso. Todo producto del cambio climático, por eso los animales mutantes y ahora las plantas, está claro. Ni marcianos, ni políticos (bueno, esto hay que contrastarlo todavía), un súper enorme pedazo de ajo fruto de la contaminación del suelo y de las aguas con las que los habitantes de Valdeciervos (por cierto, bonito pueblo, estuve ahí el verano pasado, muy peculiar el sitio, sí, y sus habitantes también), riegan sus cosechas y frutos.

Mi pasaré con mi cámara, ahí debe de haber periquitos tigre y perros águila a punta pala… Y lo mismo y hasta aparece la ristra de especímenes raros que está pasando por mi blog a raíz de una pregunta hecha en el artículo.

Tampoco hay que preocuparse por el aura del ajo en cuestión, ni por su tamaño, ni por esos ojos que parece que observan todo. Nada, cero preocupación. Lo único de lo que yo me preocuparía es que el olor de ajo no va a desaparecer de la ropa en años. Y que vamos a ver entonces cómo se presentan en Valdeciervos la caravana de solteras que va la semana que viene a encontrarse con los solteros del pueblo, a petición de Amando, el alcalde. Difícil situación. Que no toquen el ajo, pero que salgan con los tractores a echar perfume por el pueblo, si es Varon Dandy, mejor que mejor, esto vuelve locas a las féminas.

😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂

Un abrazo, Miguel. Genial noticia. ✨

Casagrande
4 de julio de 2025 18:05

Es un objeto peligroso, ya deberian haberlo cortado y disecado o al menos colocarle una carga de dinamita. O al menos cortale un pedacito para verlo en el laboratorio.

Un objeto asi solo trae angustias entre la gente. Quizas algunos chicos del pueblo se organicen para lanzarle un Molotov al mounstruo.

Jose Antonio Sánchez
5 de julio de 2025 12:47

Hola, Miguel.
¡Qué trabajazo te has pegao! 🤦🏻‍♂️😁👍🏻
Un artículo lleno de detalles, descripciones, términos científicos, perturbadoras opiniones. Realmente fantástico.
El susodicho «invasor» viene a ser una mezcla de Cthulhu, Hamelin y aquellas vainas que tanto miedo me dieron por mi Pleistoceno, en la peli de Donald Sutherland (algo así como los invasores de cuerpos).
Me ha encantado el estilo tan profesional con que has narrado la noticia. Ya querrían muchos de los que trabajan en los medios tener tu nivel.
Eso sí, nos has dejado con el miedo en el cuerpo, porque después de la Pandemia, el apagón, el cambio climático, las guerras y la llegada al poder del decolorado yanqui… Nos faltan los extraterrestres y tu Vigía de Nácar. ¿Quién llegará antes? 😝😂
Muchísimas gracias por tu participación y Felicidades por el trabajo.
Abrazo Grande.

Cabrónidas
5 de julio de 2025 13:20

Los habitantes de Valdeciervos están siendo objeto de un estudio científico gubernamental. Intuyo que en los próximos días el experimento se les escapará de las manos y Valdeciervos, con habitantes incluidos, desaparecerán de la geografía terrestre.:))

Maty Marín
6 de julio de 2025 19:14

¡Hola Miguel! Cuéntame si esta proeza extra natural la has escrito despertando después de haber tenido un sueño raro, pero super raro. Siento en parte tanto y tanto cambio y caos que vivimos, en parte también caos interior en el ser humano, y pienso y siento que pronto se estarán viviendo cosas así de extrañas, así de raro está todo, así de fuera de toda proporción. Por un lado atemorizante y por otro lado el terror de estarnos acostumbrando a los sucesos más extraños.

¡Qué será de todos Miguel, qué será de la vida, del mundo, de todos y cada uno! Me ha hecho gracia que Merche no tiene remedio y a todo le encuentra la manera de sacar la carcajada, porque eso sí que es de miedo: el olor de los ajos.

Oye, enviado especial, ¿Qué es lo que piensas tú? Me gustaría que el enviado especial hablara de la extraña respiración de ese pueblo.

Abracémonos todos, que el mundo está muy raro.

Pero, entre tanto, te mando un abrazo nada extraño, solo lo suficientemente reconfortante y cariñoso sin llegar a apachurrar las costillas.

Más abrazos!

ana piera
6 de julio de 2025 23:39

Como siempre, haces derroche de imaginación y originalidad. Tu relato está escrito, tal y como lo pide el reto en forma de noticia periodística. El ser que se ha manifestado en Valdeciervos está muy bien descrito y resulta inquietante. A saber lo que en el futuro esta criatura hará por ahí, por ahora parece tranquilo, pero yo no me fío jejeje.
Me encantó tu relato Miguel. Oh, y eso de que cerca de él las cámaras o dispositivos electrónicos no sirven y por lo tanto las imágenes son a la antigüita: a carboncillo, le da todavía más sabor a noticia de periódico de las de antes. Felicidades…😍

Marcos
7 de julio de 2025 08:07

Hola Miguel, ¡vaya derroche de imaginación!

Es graciosa la mezcla de lo cotidiano (campanadas, chicharras, boinas) con lo inexplicable, mientras las teorías de Don Ramiro sobre un "Umbral" añaden una capa de
intriga metafísica. Los detalles, como los niños tarareando melodías extrañas o
las cartas que cambian de destinatario, potencian el suspense sin resolverlo,
dejándote con una sensación de asombro y escalofrío. Aunque me gustaría que te hubieras extendido un poco más (claro, hay que respetar las normas establecidas por un tal Tarkion 😅) el relato brilla por su capacidad de sugerir un universo vasto en pocas palabras. Es una joya inquietante que captura la magia y el miedo a lo desconocido.

Un abrazo de oso, Miguel!

Dakota
8 de julio de 2025 01:28

Hola Miguel, que buena historia. Todo un pueblo en ascuas por la aparición de ese ser.
Seguro que es un pulpo cabeza abajo con ojos en los tentáculos, nada de lo que preocuparse🤣🤣🤣

Seguro que algún gobierno lo ha plantado ahí para estudiar las reacciones varias de los habitantes.

O lo mismo es un alien que cuando parpadea arrasa el lugar con rayos infrarojos, a saber.

Muy buen artículo periodístico. Lo has bordado maestro.

Un abrazo muy grande🤗🌹

Beatriz
8 de julio de 2025 10:55

Hola, Miguel. Qué buen artículo. Espero no encontrarme a una criatura así sentada bajo una seta 🍄 en algún campo cercano.

Ya me imagino la escena: los científicos con sus trajes sellados, los vecinos con la boina y el delantal comentando desde la valla y el visitante intergaláctico pensando con desconcierto: ¿Pero qué rincón del universo es este?

Es una hipótesis, pero igual ha venido con la intención de empujarnos hacia un salto evolutivo de conciencia, como si viniera a recordarnos que podemos ser menos torpes y más humanos. No sé si será posible 🤔

Salúdame al Vigía, y dile que respire hondo y se lo tome con calma.

Un abrazo para usted, Miguel el contactado 😂🤗

19
0
¿Te animas a comentar? Tu voz suma en este espacio.x