Fotografía artística del verdeo andaluz al amanecer, evocando memoria rural y la importancia de reconocer al otro.

Entre Palabras Y Respeto: Relaciones Reales Entre Creadores De Contenido

¿Te ha pasado?

¿Te ha pasado que alguien te pide un voto, un comentario, incluso un seguimiento… pero nunca se pasa por tu blog?

No hablo de los que están de paso. Hablo de quienes construyen su presencia en una comunidad sin mirar a los lados, como si esto fuera una autopista de un solo carril. Publican, piden, reclaman… pero nunca se detienen a ver qué hay en la otra acera.

Y lo curioso es que todos, absolutamente todos, compartimos algo en común: escribimos porque necesitamos hacerlo. Porque algo nos empuja.

Y sin embargo, a veces parece que se nos olvida que al otro lado hay alguien igual que tú. Con insomnio. Con dudas. Con párrafos escritos a deshora y ojeras que no salen en la foto de perfil. Alguien que también se pregunta si lo que escribe importa.
Si alguien va a leerlo con la misma intención con la que se volcó en cada línea.

No es una cuestión de intercambiar favores.
No es un “yo te leo si tú me lees”, ni una tabla de Excel emocional donde sumamos puntos por cada interacción.
Lo que está en juego es otra cosa.

Más simple. Más humana.

Hablamos de saludar.

Este artículo nace de una reflexión. También de una sensación.
Si alguna vez sentiste algo parecido, ya sabes que no solo eres tú.


Saludar, sí

Saludar como quien dice “estás ahí, lo sé”.
Como quien cruza la mirada en mitad de una sala y no necesita palabras para reconocer que no está solo.

En el mundo digital, eso puede ser un clic, un comentario breve, una visita silenciosa.
No hace falta hacer ruido. Basta con dejar rastro.

Y aunque pueda parecer un gesto menor, no lo es.
Porque detrás de cada saludo, hay algo que vale más que cualquier métrica: la presencia.

Déjame contarte por qué.


Escena vintage de jornaleros saliendo de madrugada en un pueblo andaluz, símbolo del saludo y reconocer al otro.

Verdeo y farolas apagadas

(una metáfora sin nostalgia impostada)

Durante la temporada del verdeo, en mi pueblo natal, las farolas no se encendían a esas horas. No porque no hubiera luz en el pueblo, sino porque, a las cinco o cinco y media de la mañana, simplemente no tocaba. Salíamos con el macaco al hombro, a oscuras, camino de los corralones donde esperaban los tractoristas para empezar la jornada.

Yo empecé con trece años. A esa edad uno no tiene la cabeza en las aceitunas, claro, pero en casa no había mucha opción. La campaña coincidía con el arranque del curso escolar, así que llegaba tarde al instituto cada septiembre. No era por rebeldía. Era necesidad.

Y en ese trayecto, medio dormido, cargando el sueño a la espalda y el cuerpo aún por desperezar, había algo que nunca faltaba: el saludo.

Un “buenos días” apenas audible. Un gesto breve con la cabeza. A veces una mirada que era suficiente.
Nadie exigía conversación. Solo un reconocimiento. Un “te veo”. Un “no vas solo”.

No era por cortesía impostada ni por protocolo social.
Era porque sabíamos que todos estábamos ahí, en las mismas, con la misma tierra en las suelas y el mismo frío en los nudillos.

Y eso… era todo.

Y eso lo era todo.


¿El Final del Blog Personal o el Renacer de la Voz Humana?


La versión digital del saludo

Hoy, cuando me paseo por Bloguers.net, a veces echo de menos ese tipo de saludo. No me refiero a una respuesta larga ni a un comentario con tres párrafos de análisis. No. Hablo de esa señal mínima pero poderosa que dice: “Te he leído. He pasado por tu rincón. No me eres invisible.”

Y aquí quiero hacer un inciso, porque esto podría malinterpretarse.
No lo digo por mí. De hecho, lo último que puedo sentir en esta comunidad es indiferencia. Me siento leído, valorado y, sobre todo, acompañado. Lo estoy viviendo, y lo agradezco profundamente.

Pero precisamente por eso me siento con libertad para decirlo sin que suene a reclamo personal: no todos reciben ese “buenos días digital”. Hay quienes escriben desde la esquina del pueblo, desde la sombra, y nadie les devuelve la mirada.


El reconocimiento empieza por los demás. Saludar es también una forma de pertenecer.


Y no siempre es porque su contenido no interese. A veces es simplemente porque nadie se para.

Por eso lo menciono. Porque no se trata de devolver favores. Se trata de reconocer. Como aquel saludo en mitad de la calle antes del amanecer. El que no se daba por cortesía, sino por humanidad.


Representación simbólica de alguien lanzando una botella al mar, como metáfora de compartir sin reconocer al otro.

Cuando publicas sin mirar, pero esperas que te miren

No quiero que esto suene como un reproche. Ni mucho menos. No va por nadie en concreto, y quien me conoce lo sabe. Pero sí hay una tendencia —no exclusiva de Bloguers.net, claro— que me hace pensar.

Es esa costumbre de soltar un post como quien lanza una botella al mar… con la expectativa de que vuelva convertida en un cofre lleno de likes, comentarios, menciones, halagos y alguna que otra reverencia simbólica.

Y, oye, cada cual es libre de compartir como quiera. Pero el problema no es publicar. El problema es exigir sin acercarse.
Pedir atención sin haber mirado primero.

He visto publicaciones acompañadas de:
“pásate por mi blog, coméntame, vota”, escritas por personas que no se han detenido un segundo a saludar en el camino. Que no han asomado el cursor por otros blogs. Que quieren ser parte del todo sin haber tocado a nadie.

No se trata de devolver favores. Se trata de reconocer.

Y no lo digo solo como una observación personal. Julián, el creador de Bloguers.net, deja claro desde el principio el espíritu que sostiene esta comunidad:

“¡Un buen bloguer debe visitar más enlaces de los que envia!”

Esa frase —tan sencilla, tan contracorriente— resume exactamente lo que aquí intento decir.
No se trata de obligar a nadie. Se trata de mirar. De reconocer. De construir algo que vaya más allá de las visitas.

Y lo digo con total claridad: no se trata de que todos nos leamos mutuamente como una obligación moral.
No tendría sentido. No podríamos. No debemos.

Tampoco se trata de ir repartiendo likes en modo automático, como si fueran confeti digital para quedar bien.

Yo mismo no voy a pasar por un blog de caza, por ejemplo. No porque no tenga valor, sino porque no conecta conmigo. No resuena.
Y eso está bien. De verdad que está bien.

Y no todos tenemos el mismo tiempo. Yo, ahora, dispongo de un tiempo obligado… y agradecido a la vez.
Tengo todo el día para leer, compartir, conectar. Pero esa es mi situación particular, no la medida con la que pretendo valorar a nadie.


Solo quiero que esto se entienda bien: esta reflexión nace desde un lugar personal, no crítico.
No está escrita para señalar a nadie, sino para invitar a mirar. A construir. A recordar que, incluso en lo digital, reconocer al otro sigue importando.


Insisto: nadie debería sentirse obligado a consumir un contenido que no le interesa, solo para cumplir con una supuesta etiqueta de buena educación bloguera.

Lo que digo es otra cosa. Lo que digo es: si algo te ha tocado, aunque sea un poquito, deja una huella. A tu manera.

Porque todos tenemos una.

A veces es un voto silencioso.
A veces es una visita rápida, sin decir palabra, pero con respeto.
Y a veces… no es nada. Y tampoco pasa nada.

Lo que sí debería preocuparnos es cuando todo lo que hacemos está diseñado para obtener algo a cambio.
Cuando solo nos movemos si hay expectativa de retorno.

Eso no es comunidad. Eso es transacción.

Y creo —corrígeme si me equivoco— que la mayoría de los que estamos aquí, escribiendo, compartiendo, releyendo nuestras entradas por si quedó algo mal… no buscamos un contrato implícito.
Buscamos relaciones reales entre creadores de contenido.
No favores. No trueques. No atajos.


Escritor solitario en un paisaje onírico, con luz suave y conexión emocional, imagen sobre el poder de reconocer al otro.

Cuando un gesto pequeño lo cambia todo

Yo no solo me he sentido bien recibido en Bloguers.net. Me he sentido abrazado.
Y no lo digo por quedar bien ni por devolver favores. Lo digo porque es verdad. Porque lo he sentido.

En un momento de mi vida en el que mi salud se deteriora poco a poco —cada día un poco más, sin pausa pero sin dramatismo—, este espacio ha sido más que una plataforma de difusión. Ha sido una ventana. Un respiro. Un lugar desde el que puedo expresarme sin filtro, sin fachada, sin tener que justificar nada.

Por eso escribo esto.
No para señalar.
Sino para compartir algo.

Porque cuando uno encuentra un lugar donde puede volcar lo que lleva dentro —ideas, historias, pensamientos que han estado dando vueltas sin destino durante años— y ese lugar lo recibe, lo escucha, lo valora… eso no es cualquier cosa.

He conocido a gente extraordinaria.
Y cuando digo “extraordinaria”, no me refiero a premios, cifras, currículums ni seguidores.
Me refiero a personas con una sensibilidad que no se enseña en ninguna facultad. Gente que escribe con el pulso acelerado porque lo necesita, no porque busca reconocimiento.
Gente que crea sin cinismo. Que no se mueve por estrategia, sino por impulso vital.

Personas que no construyen escaparates, sino puentes.

Y cuando te cruzas con una de ellas, aunque sea en el silencio de un voto, en un comentario breve, en una recomendación sin fanfarria… te cambia el día.

Y a veces, la semana entera.

Porque ese gesto no lleva su firma ni su ego por delante.
No pide nada.
Solo dice: “He leído lo que has escrito. Me ha llegado. Aquí tienes mi presencia.”

Y eso, cuando estás del otro lado, enciende algo.
Algo que no se puede cuantificar. Ni programar.
Pero que se nota. Y que, cuando pasa, te recuerda por qué estás aquí.


Mesa comunal en un entorno rural artístico, representando igualdad y el valor de reconocer al otro por encima de cifras.

Nadie es más que nadie

Titulitis, seguidores, premios, experiencia, historial…
Qué gran teatro el que montamos con todo eso. Qué fácil es esconderse detrás de un número, una vitrina, una métrica que brilla, pero que no siempre dice tanto como creemos.

Pero aquí va la gran revelación, sin artificio ni redoble: no importa.

De verdad que no.

Porque cuando apagamos el ruido del ranking, el eco de los aplausos, las comparativas y los “yo llevo más años que tú”, lo único que queda es esto: personas compartiendo lo que llevan dentro.

Y eso es lo que vale.

Cada uno con su tono, con su historia, con sus heridas y su forma de mirar el mundo.
Unos con técnica depurada, otros con alma en carne viva.
Unos desde el humor, otros desde el desgarro.
Pero todos —todos— con algo que ofrecer.

Y si no lo vemos…
Si solo nos acercamos a otros esperando que nos lean, nos comenten, nos validen…
Si solo interactuamos cuando hay posibilidad de visibilidad o beneficio…
Entonces no estamos conectando con personas.
Estamos jugando a las relaciones por interés.

Estamos practicando, sin quererlo, esa desconexión en red que tan bien se disfraza de comunidad.

Una paradoja muy moderna: estar conectados a todo, menos a los demás.

Porque hay quien lo tiene todo en cifras… pero no saluda.
Y hay quien puede dar la sensación de no destacar en ciertas cosas —diseño, SEO, frecuencia de publicación— pero deja huella cada vez que pasa.

Y si me das a elegir, prefiero quedarme con estos últimos.
Los que no suben  a ese ficticio podio, pero sostienen el escenario.


¿Has oído hablar del networking humanizado?


Mujer y hombre cruzando un gesto sencillo en un sendero andaluz, reflejo íntimo del acto de reconocer al otro.

Saluda, aunque nadie te vea

Tal vez no conectes con ese blog que visitaste. Tal vez no sea tu estilo.
Está bien. No todo nos tiene que gustar, ni todo nos tiene que tocar.

Pero a veces, solo a veces, puedes dejar un gesto. Un voto. Un “aquí estuve”. Un comentario breve, sin compromiso.
No por cortesía vacía, ni por quedar bien. Sino por algo más sencillo: por reconocimiento.

Porque al otro lado hay alguien que también madruga a su manera, aunque sea con teclas en vez de tierra.
Que también carga su macaco digital, que también cruza calles oscuras con palabras que no sabe si llegarán.

No necesitas comentar en todos los blogs. Basta con reconocer a quien ha compartido algo que ha resonado contigo.


No se trata de favores. Se trata de reconocer. Así se construye comunidad, desde lo pequeño.

#BloguersNet #CulturaDigital #EscribirConSentido #Blogging

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Y si tú eres de los que solo entran, dejan su post y desaparecen… te entiendo. Todos tenemos días así.
Pero si eso se convierte en rutina, en hábito, en norma, tal vez convenga hacerse una pregunta incómoda:

¿Por qué estás aquí?
¿Solo quieres que te lean?
¿O también quieres reconocer el trabajo de quienes, como tú, lo dan todo en cada línea?

Porque cuando uno da sin pedir nada, algo se enciende.
En ti. En los demás.
Y sí: se nota.

Se nota en la forma en que los textos empiezan a hablar entre sí.
Se nota cuando alguien te recuerda, no por tu posición, sino por cómo lo hiciste sentir.
Se nota en la comunidad que se construye sin necesidad de normas, solo con gestos.

Así que saluda.
Aunque sea con un voto silencioso.
Aunque no conectes del todo, reconoce que hay alguien ahí, escribiendo con las mismas ganas que tú.

Y si alguna vez te preguntas por qué no te visitan…

…pregúntate primero cuántas madrugadas pasaste sin saludar.

Porque a veces el silencio no es desinterés.
Es solo que no supimos mirar.



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Ric
Ric
22 de marzo de 2025 14:29

Hola Miguel

He pasado a leer tu post y parece que me has leído la mente, el siguiente artículo que saldrá el lunes, por esta comunidad, hablará de los comentarios y me quedo con una frase que has dicho en el tuyo: No se trata de obligar a nadie a leer lo que no es de su agrado.
Añado también algo que mencionaré en ese post, no se trata de comentar para que te comenten, tampoco de pedir comentarios de forma continua. Me consta que hay mucha gente que se ha sentido presionada por este tema, he leído comentarios en esta plataforma que mencionaban esta cuestión y compañeras que ya no publican aquí por esa razón.
No voy a hablar de malas prácticas, entre otras cosas porque quiero que leas ese artículo que , en breve, saldrá publicado.
Para mi descrédito, te diré que veo como hay gente que te vota pero a un artículo que ya no puede llegar a portada, con retardo, no voy a valorar esto, también he visto gente que tiene deshabilitado el sharemarket, es decir, más de lo mismo.

Esta comunidad, me proporciona casi un veinte por ciento del tráfico de mi blog, y me ha dado colaboradores y amigas
¡Felicidades por este maravilloso post! 👍⭐

sLuis
22 de marzo de 2025 18:05

Hola, Tarkion, que más que decir, que tienes razón y me veo identificado, muchas noches sin dormir, gran cantidad de blogs visitado y en muchos no me molesto en decir hola, por tiempo por trabajo, y otras por… cualquier cosa que nos excuse.
Pero a veces hay lecturas que te hacen reflexionar y te encienden algo que creías perdido. Saludos

matymarinh
22 de marzo de 2025 18:29

¡Hola Miguel! No dejas de sorprenderme. Tocas puntos que quizá todos piensan, pero que nadie se atreve a expresar. Pero nadie. Llegaste a Bloguers a darle una refrescada tremenda, ya te he dicho (si no con estas palabras, pero sí de alguna manera) que me sorprendes y que agradezco mucho tu presencia aquí. Eres auténtico y además expones pero sin juzgar a nadie. Porque no juzgas, sino que lo dices de manera objetiva y muy real. Esto hará pensar a más de tres, y eso de verdad que se agradece. Yo he escrito algo sobre blogueros, sobre los blogs y cómo nos relacionamos, pero nunca se me hubiera ocurrido tocar los temas que has tocado tú y no porque no los haya pensado, simplemente porque se me han ocurrido y los he dejado pasar de largo sin prestarles la atención que tú prestas aquí. Porque sí tengo muy claro que yo sólo hago eso que tú dices: expresarme. Tengo por aquí mis cuadernos de toda la vida, mucho antes de que esto existiera. Y siempre lo he hecho. Y paso por blogs porque me nace, porque me llaman la atención y porque reconozco las necesidades de expresión de los otros. Y en muchos de los casos, porque hay personas que he llegado a admirar, de verdad. Pero tú llegaste a romper esquemas. Ya no te digo más porque lo haré en lo que tengo en mente. Quiero, sí, mandarte un privado por algún detalle. Te abrazo otra vez y te mando otro beso ahora en la mejilla izquierda. Gracias mil, mil gracias. 🌹

Mercedes Soriano Trapero
Responder a  matymarinh
22 de marzo de 2025 19:22

Hola, Miguel, bueno, no es solo de bloguers.net el "problema", solo hay que salir a la calle y ver el mundo frío, voraz y nada empático que hay. A mí me parece una selva, a veces alguien te sonríe en un paso de cebra, etc., y dices: mira, no todo está perdido. Entra en juego bloguers, obviamente, por estar en un blog (a veces pienso y todo 😉). Yo también mencioné algo de esto, creo recordar, en el foro, porque me doy cuenta que detrás de muchos blogs hay bots, no humanos, que ya puedes decirles lo que quieras que no interactúan. Luego están los que mencionas, léeme y yo por tu blog ni paso. ¡Ojo! Que yo no leo para que me lean, pero es chocante. Y luego están los que cuelgan su enlace y ya, que a veces pienso que también son bots.
Particularmente, mi postura es clara: leer, comentar y votar a todos los que sigo, por desgracia, no tengo todo el tiempo del mundo y leo y voto más que comento, esto último a los artículos que me han llegado al corazón, por el motivo que sea. Si no voto es por falta de tiempo o porque no me ha parecido adecuado el artículo.
Eso sí, lo hago sin ninguna pretensión, si no me leen, pues que no lo hagan, no busco lectura por lectura.
Sabes lo mejor de todo que, sin pretenderlo casi, se van creando lazos de amistad y ya casi lees otro blog por ser amigo/a, que por otra cosa. (Con Maty por ejemplo, hablamos por wasap de vez en cuando). Es lo mejor de tener un blog.
Creamos lazos de amistad, vínculos, círculos y, a veces, entra un miembro nuevo a ese círculo, siempre para enriquecerlo, como es tu caso… (Bueno, a veces eres una mosca cojonera con esos pedazo de artículos que necesitas tres horas para leer, pero bueno, se puede soportar…
Es bromaaaaa).
En fin, que cada uno obre en consecuencia con su tiempo y su vida, ahí estaremos para todos, sean bots o no.
Un abrazo, a ti y a toda la comunidad que pase por aquí.
🤗🤗

Cabrónidas
22 de marzo de 2025 21:20

Qué tal, maestro. Estoy de acuerdo con lo que dices, solo que pienso que nuestro modo de actuar aquí en bloguers o similares, va acorde con el carácter de cada uno, y si hay algo variado en el Universo, es el ser humano. Creo que también tienen que ver mucho con qué clase de expectativas nos iniciamos en este mundo de letras. Desde que empecé por el 2006 hasta hoy, he tenido épocas blogueras de total abundancia y reconocimiento, y de absoluta sequía e invisibilidad. Hoy te siguen y mañana no. Algunos llevan tres años comentándote y un día dejan de hacerlo. Bien: y qué. Si algo he aprendido de este medio, es que al final todo se reduce a escribir sin expectativas de ningún tipo. Escribir, escribir y escribir, siempre atendiendo a tu estado anímico, etílico o sobrio. 😉

dakotazen75
dakotazen75
23 de marzo de 2025 15:09

Hola Miguel, estoy muy de acuerdo en lo que dices, no se trata de un toma y dame, es cierto también que no siempre disponemos del mismo tiempo, yo hay veces que por mi situación dispongo de poco tiempo, y no puedo pasar a diario por todos los blogs que me gustan, otras llego a leer pero no me da tiempo a comentar todo, por lo que en unos comento y en otros no a pesar de haberlos leído. Y es cierto aunque no se pueda llegar a comentar el dejar aunque sea el saludo correspondiente haces saber al otro que ahí estás o has estado.
Me gusta la perspectiva que has dado al artículo. En bloguers he dado con muchos blogs activos y con muy buen contenido que no conocía.
Un abrazo y te felicito por todo el contenido que publicas, el tuyo es uno de esos tesoros que he descubierto😉

Themis
23 de marzo de 2025 15:43

Hola Tarkion, muy bueno lo que hablas, muy claro, muy preciso, esos "pedigüeños indiferentes" a la existencia de los otros son parte de este todo, me gustó la comparación con el saludos en los pueblos, es una forma ,bien dices de decir que no se está solo, cosa que en las ciudades no existe, todos son indiferentes pasan como sombras. Te mando un abrazo grande y muy feliz semana

marcosplanet
23 de marzo de 2025 21:45

Buenas tardes, compañero de las letras libres. Por supuesto que lo que cada uno escribe importa. Este tema que traes hoy es una vez más un foco de debate muy interesante y que debe ponerse en relieve, aunque ese mismo relieve será percibido de distinta manera según quien lea esto.
Empiezo por aquellos que como bien indicas, pasan por ahí sin mirar a los lados, creyendo que su simple presencia es algo muy digno y dignificante, pero sin manifestarse.
En efecto, no hace falta hacer ruido sino dejar rastro de que no eres una especie de serpiente digital que sisea por redes y blogosfera de modo esquivo y hasta receloso.
Mi blog no tiene pretensiones comerciales en absoluto, luego ¿qué me queda? Pues los comentarios de la gente, lo primero y principal. También está la interacción, visitas, en fin, estadísticas de la huella que vas dejando.
En mi blog encontrarás, eso, si, contenidos; multitud de ellos, ya sean relatos, cuentos o descripciones de sensaciones adquiridas en mis viajes recorriendo parajes, unos más inhóspitos que otros. Y es el hecho de encontrar a alguien que quiera dejar un comentario sobre ello lo que me llena de satisfacción. Si además se trata de opiniones fundadas, bien escritas (no digamos ya apasionadas, como en algunos casos que llegan a sonrojarme), el sentimiento de recompensa me llena completamente.
Sin embargo, hay algo intangible que me mantiene algo mosqueado. Algo que percibes como una despresurización, como ese boquete en la pared de una aeronave por donde se escapa de forma apresurada y despresurizada cualquier objeto próximo. Yo digo que son “las almas errantes”, una especie de presencias que no acaban nunca de manifestarse.
Es por eso que no puedo estar más de acuerdo contigo cuando dices que “en lo digital, reconocer al otro sigue importando”. Y es porque eso mismo cabe esperar de un “buenos días” compartido en el mundo real, o un simple gesto mudo de la cara. Pero parece que la manera de comportarse en un mundo carente de saludos, induce a mantener ese distanciamiento en el otro mundo, impidiendo la conexión. Digamos que falta socializar de verdad, siendo solidarios.
Como bien apuntas, hay gente que solo piensa en lo que acertadamente llamas “transacciones”: tevotosimevotas, mecomentastecomento, y eso raya en un comportamiento infantil.
Abro aquí otra puerta de discusión que sería la de la rivalidad, aunque nadie la mencione.
Bloguers.net es una plataforma donde hay como mínimo cinco rankings clasificatorios donde se amontonan votos y likes? ¿Para qué sirven en realidad? ¿Es productivo o bueno para el espíritu el consumo de tanto tiempo como exige participar en ello? ¿Nos da igual estar en un ranking o es el ego el que lo puede todo?
No sé, me falta algo al interpretar a quienes dicen que no hay rivalidades. Me reservo opinar sobre ello para otra ocasión.
Pero regreso a tu línea argumental, Miguel.
Es verdad que uno agradece un “Gracias por compartir este contenido, me ha encantado” o un simple saludo, aunque no se hayan leído nada. Es bueno que mostremos buen rollo. Lo único que deseo cuestionar aquí es si lo que realmente pasa es que estamos metidos en un mundillo donde nuestras acciones diarias manteniendo vivo un blog nos exigen quizá demasiado como para, tras el esfuerzo, obtener comentarios, likes y posicionamiento, suficientemente satisfactorios. Si nos quedamos complacidos con estas tres “recompensas” vale. Si no, cada uno es libre de bajarse o no del barco.
Yo llevo siete años en Bloguers.net y he participado e interaccionado mucho. Lo que creo que sucede es que la decepción llama en algunos momentos a nuestra puerta y a unos les afecta, a otros no y el resto sigue caminando en pos de un lejano horizonte.
O quizá se trate de encontrar satisfacción en el día a día ¡Puede que para algunos sea una mezcla de todo eso!
Felicidades por publicar contenidos tan atractivos, que facilitan la interacción, la reflexión y el debate abierto.
Un fuerte abrazo.

Ana Piera
23 de marzo de 2025 22:16

Hola Tarkion, sin duda creo que todos hemos sentido alguna vez que nos piden visitar y hasta enlace te dejan, y un mensajito urgente: "no dejes de pasarte". Esas cosas conmigo no van. Sí soy recíproca, pero nunca diré algo que no sienta y si voto algo es porque entré a verlo. Tampoco pido que me lean, prefiero que quien lo hace sea porque le interesa mi contenido. Veo mucha gente que vota en bloguers y se NOTA que no leyeron nadita jajaja. Bueno Bloguers con su sistema equilibra un poco las cosas pero tampoco podemos pedir perfección. Siempre habrá esa gente que quiere tomar todo y no dar nada. Así que estoy contigo compañero, concuerdo al cien por ciento. Ahora también es verdad que no todos tienen el tiempo para navegar los blogs y comentar, pero se nota cuando alguien le echa ganas al asunto jajaja. ¿Quieres ser parte de algo que vale la pena? Tienes que invertir un poquito de tiempo, y tienes que ser un ser humano congruente y decente en la medida de tus posibilidades. Cuando lo que prima es el egoísmo, como que a uno se le van las ganas también de leer al otro ¿no? Me ha pasado. A menos que lo que estés leyendo sea algo tan fuera de serie que no puedas dejar de leerlo. Te felicito por las imágenes, de verdad que son una maravilla. Te dejo un abrazo. Ana Piera.

Ana Piera
Responder a  Tarkion
24 de marzo de 2025 13:33

Gracias a ti or poner estos temas importantes enfrente. Nos haces reflexionar y espero en algunos casos, cambiar actitudes. Estaré atenta a tu artículo. Abrazo fuerte desde México.

Hedwig
Hedwig
26 de marzo de 2025 14:09

Wolas Miguel!

Texto super profundo el que dejas. Como indicas la interacción forzada no es sana a largo plazo. Porque acaba desgastando y al final incluso hace que ese espacio que empiezas con alegría y que te llena, lo veas negativo ^^u
U otras veces son materiales que sientes que con un comentario no vas a aportar nada nuevo y para decir: leído, pues prefieres herramientas más simples como por ejemplo los botones de like o compartirlo en alguna red social. Yo al menos te reconozco que es cómo actúo cuando algún mensaje/publicación me gusta pero no siento que pueda dar nada de valor.

Sobre los perfiles de creadores que solo quieren publicar y que caiga toda la interacción y halagos de lo fantástico que son… son muy tóxicos. Los he visto tanto en blogs como en YouTube. Con algunos aún tengo contacto porque los aprecio aunque mantengo la distancia porque solo es acercarse a exigir… y son temas que como indicas en esta entrada tampoco me van mucho. De ahí que lo máximo que siento es compartir o el me gusta de turno.

Y aunque no lo has dicho, ando viendo una nueva táctica que para dejar el spam pero que no quede descarado: te comentan con una contestación de Chat GPT 😀

Saludos!!

finil
finil
29 de marzo de 2025 22:38

Tarkion amigo, has puesto el dedo en la llaga de la blogosfera.
Hay quienes piden atención como si fuera un derecho divino, pero cuando llega el momento de corresponder, desaparecen en la indiferencia. Tal vez sea, que en estos tiempos donde la gente solo interacciona con el móvil, se han olvidado que un comentario, una palabra, o un simple saludo, tiene más valor que mil me gusta vacíos.
Pero sinceramente, no me importa si no me leen porque no les interesa, prefiero que me lean quienes disfruten de lo que escribo, porque simplemente, se echan un rato de risas con mis reales chorradas.
Me he pasado años escribiendo en un blog que empezó como un diario de infortunios laborales, que de repente por algún misterio cibernético se quedó bloqueado. Años después me enteré que la culpa la tenía un comentario con spam que congeló todo el invento. Lo usaba como una conversación conmigo misma y con unos cuantos amigos que se entretenían en contestarme inventando historias fantásticas entre todos.
He pasado rachas sin escribir con el cerebro en hibernación y rachas como ahora, que voy como un Ferrari y podría escribir 200 post al día y no lo hago porque el tiempo no se me estira como un chicle cósmico.
Hombre el saludo se agradece, pero que cada uno haga lo que quiera…aunque está feo pedir sin dar, porque hasta los espejos necesitan que alguien se asome para reflejar algo.
Y sabes que? que ellos se lo pierden, porque en los comentarios y en las conversaciones que genera un post, es donde está la diversión, la pantalla se convierte en un patio de vecinos o en una tardecita de cafés donde las ocurrencias vuelan. Sin ellos, son sólo monólogos en un desierto digital.
uhh cuanta seriedad!!..va, que si quieres te doy un like, pero luego me dejas un comentario que yo prefiero un jolgorio.

Beatriz Moragues
1 de abril de 2025 13:09

Hola, Miguel. Pedazo de reflexión has escrito, como te gusta ponernos a pensar a todos 😁

Por lo que a mí respecta, tengo que reconocer que antes me paraba poco a visitar otros blogs y solo lo hacía cuando algo me llamaba mucho la atención, pero leerte me ha hecho pensar cosas que nunca antes me había planteado y ver esta plataforma desde otra perspectiva.

Yo no voto nunca a nadie sin leer lo que ha escrito, ni leo para que me lean, ni comento, ni dejo mi voto para que hagan lo mismo. Depende de lo que me mueva por dentro un texto, puedo comentar, votar o simplemente pasar de largo. Es verdad, que a veces también depende del tiempo que tenga y casi nunca tengo tiempo para leer todo lo que me gustaría.

Nunca he votado a nadie pensando que eso le va a llevar a la portada, porque tampoco lo pienso con mis propios artículos. Será por eso que tus escritos los estoy leyendo todos con retraso, por ejemplo 🙄 Pero, la verdad, es que nunca había pensado las cosas de esa manera.

Tiene mucha razón Merche, con lo que dice en su comentario. Es que a veces la sonrisa o la amabilidad de alguien que no conoces, te puede cambiar el día 🤷🏻‍♀️ Y es que algunas cosas no son solo de Bloguers, es la vida misma.

Un abrazo 🤗

Miguelángel Díaz Díaz
18 de abril de 2025 19:38

¡Qué gran reflexión, tocayo!
En un momento donde las posibilidades de interacción van más allá de las personas que conocemos de forma personal, has puesto el dedo en la llaga de un tema candente: La falta de conexión, saludo o como lo quieras llamar entre los que coincidimos en las redes y, de forma especial, en Bloguers.com. Con lo deshumanizadas que están nuestras sociedades (en los distintos niveles de relaciones), encontrar una reflexión tan sensata como la tuya muestra ese sentido humano de las relaciones que no debemos – no podemos- perder.
Un fuerte abrazo 🙂

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