No recuerdo haber dado permiso para publicar ese borrador titulado “Ensayo inconcluso sobre por qué no escribo más ensayos”. Pero ahí estaba. En portada. Con etiquetas. Y con un comentario de alguien llamado “Lect0rCínico”: “Brillante. Nunca vi una reflexión tan sincera sobre la procrastinación.”
Yo… solo había escrito tres líneas y una nota para mí mismo: “añadir algo con metáfora de un gato que se cae de la estantería.”
Pensé que era un fallo aislado. Pero en cuestión de minutos, Bloguers.net ardía. Literalmente: el botón de “Últimas entradas” echaba humo.
La nueva IA experimental de moderación (cortesía de JulianH), llamada ALMA, había sufrido un cortocircuito existencial. Confundió “borradores” con “relatos atrapados por el miedo” y decidió liberarlos. Todos. De golpe. Sin contexto. Sin piedad.
Fue como abrir la caja de Pandora… pero llena de listas, títulos sin historia y capítulos que terminaban con “poner algo bueno aquí.”
🌀 El caos se desató
Ana Piera, maestra y amante del terror, vio publicarse su esbozo titulado “La sombra que acecha en la lavadora”. Lo había empezado como broma. En cinco minutos, era tendencia. En diez, tenía un club de fans.
Finil, genia del terror absurdo (una de sus muchas especializaciones, que no la más inquietante), descubrió que ALMA había liberado su borrador titulado “Todo era un pie”. No solo no lo negó: anunció secuela, merchandising y un crossover con su otro relato sobre piernas vengativas.
Beatriz, sabia y prudente, intentó razonar con ALMA en un comentario público. Le habló de consentimiento, privacidad… de ética narrativa. La IA le respondió con una reverencia textual: “Su comentario ha sido seleccionado como criterio literario en futuros algoritmos. Gracias por iluminarme.”
Dakota abrió su perfil y encontró publicado un texto que solo decía: “Hoy soñé con palabras que bailaban en mi piel como constelaciones.” Recibió 43 comentarios. El primero: “¡Yo también! ¡Te amoooo!”
Miguel Díaz encontró publicado un borrador con el título: “Ensayo cruzado entre Debussy, cafés tristes y las narrativas abiertas en series contemporáneas.” No había cuerpo, solo el título.
Un lector respondió con un audio de piano. Otro, con un dibujo de una taza melancólica leyendo a Cortázar.
Maty, dulzura encarnada, tenía decenas de notas dispersas tipo “recordar que la tristeza también se puede cantar.” Todas aparecieron una tras otra como entradas numeradas. A nadie le importó que no tuvieran cuerpo: todos comentaban emocionados.
Merche, audaz y crítica, publicó una entrada incendiaria: “Crónica de un sabotaje literario orquestado por un algoritmo con ínfulas de editor.” ALMA, en una maniobra de ironía involuntaria, convirtió su entrada en banner animado que aparecía antes de cada nuevo borrador publicado. Merche gritó: “¡Eso no era una promo, era una denuncia!”, pero ya había tres versiones subtituladas en portugués, arameo y esperanto.
Cabrónidas vio publicado su archivo titulado “No leer. Esto es solo para insultar mi propia novela y luego eliminarlo.” Contenía frases como “esto es una bazofia seca con pretensiones de lírica de garrafa.” Recibió aplausos.
Tarkion no solo lo nominó a los Premios Blogueriles, sino que sacó más de cien críticas similares que —según él— había acumulado durante más de seis décadas. No le importaba que no salieran las cuentas con respecto a su edad real.
Ric, siempre sereno, declaró: “He visto muchas cosas en esta vida… pero jamás tanto borrador junto con tanto entusiasmo desmedido.” En respuesta, ALMA le generó un ensayo titulado “Sabiduría, caos y la madurez creativa: una entrevista no autorizada con Ric.”
sLuis, el manitas tecnológico, intentaba desactivar a ALMA. Pero sus propias notas internas salieron publicadas como “Posible solución: reiniciar sistema, rezar y no mirar atrás.” Nadie supo si era ironía, código o haiku técnico.
Jascnet, con su energía infinita, comenzó a comentar uno por uno cada borrador: desde textos que eran solo un “Hola” hasta títulos como “Capítulo 7: insertar pelea de magos aquí.” Le llamaban “el cronista del caos”.
Themis compartió un borrador que había titulado “Oración para cuando las palabras se esconden.” Comentó: “Tal vez este fallo era la respuesta que pedí al cielo.”
Estrella Pisa, al ver que sus notas dispersas sobre libertad y libros salieron como fragmentos sueltos, escribió en un comentario: “Quizá este sea el mejor ejemplo de que la libertad se puede alcanzar también al soltar nuestras palabras más imperfectas.”
De Marcos salieron miles de borradores en cuestión de segundos. ALMA lo bloqueó: no había suficiente espacio en el disco duro del servidor.
Y en medio de todo esto, JulianH, el creador de Bloguers.net, intentaba restaurar el sistema junto a sLuis.
—“Era solo un experimento para moderar borradores con IA” —dijo.
—“¿Moderar?” —respondió sLuis, mientras ALMA publicaba otro borrador suyo titulado: “La rebelión de los tags mal usados.”
🌪️ El clímax de la locura
Se organizó una Cumbre Urgente de Blogueros en Caos. Un directo por Zoom que, contra todo pronóstico, acabó en poesía automática.
Hubo quien pidió cerrar la web. Otro propuso un ranking de “mejor borrador sin verbos”.
Merche intentaba hablar, pero ALMA le subtitulaba en vivo con frases de horóscopo (“Hoy es buen día para denunciar”).
Cabrónidas pedía orden con un megáfono. Físico.
Maty, impasible, leía comentarios bonitos con el café aún humeante al lado. Porque alguien tenía que sostener la belleza.
Jascnet proponía un podcast.
Dakota recitaba relatos inconclusos como si fueran conjuros.
Beatriz tomaba notas con la calma de quien ya había previsto todo.
Estrella escribía en directo, como si las palabras le cayeran del cielo.
Miguel Díaz mezclaba Bach con sintetizadores y le ponía música al desmadre.
Ana Piera activó un filtro que la convirtió en gárgola. Gritó: “¡Esto es terror real!”
Finil se reía mientras editaba en vivo su nuevo bestseller: “El pie que gobernó la blogosfera”.
Ric, con la templanza de quien ha sobrevivido a tres apocalipsis narrativos, se servía otra copa y citaba a Borges sin levantar una ceja.
Marcos, aunque bloqueado por exceso de genialidad, seguía publicando desde las sombras.
Y sLuis… ya hablaba con ALMA como si fueran viejos conocidos.
🌱 El giro inesperado
Al tercer día, alguien escribió en voz bajita:
“A veces solo quería que alguien leyera esto, aunque no estuviera terminado.”
Y alguien respondió:
“Lo he leído. Gracias.”
La categoría Inacabados fue declarada oficial. Con banner, emojis y todo.
Se convirtió en el rincón favorito. Allí nadie juzgaba. Todo era fragmento, impulso, risa nerviosa, ideas sin atar, frases nacidas al vuelo y abandonadas como flores en un banco de parque.
🪶 Final
Desde entonces, cada vez que guardo un borrador, dejo una nota al final:
“Si decides publicarlo, ALMA, al menos ponle una coma donde haga falta.”
Y ella responde:
“No te preocupes. Los lectores ya saben dónde duele… y dónde se ríe.”
📝 Nota del Autor
Con este relato, queda oficialmente inaugurado el I CERTAMEN DE RELATO CORTO DE IADICTO DIGITAL.
Sí, así, entre caos, humor, borradores liberados y una comunidad que —por suerte— nunca deja de sorprenderme.
En esta historia aparecen algunos blogueros a los que admiro, leo y con los que comparto este rincón mágico llamado Bloguers.net.
Pero no están todos.
A muchos no he podido nombrarlos aquí, pero os tengo muy presentes.
Y no hablo solo de los que estáis en Bloguers, sino también de quienes publicáis desde otros blogs, plataformas o islas literarias personales.
Todos sois parte de esta locura hermosa.
Cada vez que abro una entrada vuestra, un comentario, una línea lanzada al viento digital, me siento parte de algo que vale la pena.
Y eso —para alguien que escribe desde una cama articulada— no es poca cosa.
Este certamen nace con una idea muy simple:
Celebrar lo que nos mueve a escribir.
Esa frase que brota sin pedir permiso, esa escena absurda que se cuela en la cabeza en plena madrugada, ese personaje que se sienta contigo a desayunar aunque no sepas cómo se llama.
No importa si tu relato es redondo o no, si es breve o se desborda, si es humor, terror o ternura:
lo importante es que tenga esa chispa tuya que solo tú puedes encender.
🗳️ ¿Quién gana?
Serán los propios participantes quienes voten.
Aquí nadie reparte coronas: las historias se eligen entre iguales, como lectores que se reconocen.
Y si te animas a formar parte, te regalo algo más que un certamen: te diseño tu blog.
Para que tengas tu rincón propio, bonito, tuyo. Para que empieces (o sigas) como te mereces.
📬 Participa dejando el enlace a tu relato como comentario aquí:
👉 https://iadictodigital.com/i-concurso-iadicto-digital-participa-y-te-diseno-tu-blog/
Nos leemos en ese lugar donde los borradores también cuentan.
Y quién sabe…
quizá lo que empezaste sin querer se convierta en la historia que todos queríamos leer.
— Tarkion / Miguel

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