Hoy os escribo desde un lugar más complicado de lo que me gustaría compartir, pero necesario.
A veces, la vida nos pone delante capítulos que no elegimos, pero que nos toca atravesar.
No los buscamos, no los esperamos… pero están ahí, y no queda más que irlos afrontando, paso a paso.
Hoy quiero contaros que estoy viviendo días complicados. El dolor físico se ha vuelto constante, y cuando la medicación aprieta, me deja completamente fuera de combate durante horas.
A eso se suma una preocupación aún mayor: un familiar muy cercano está en cuidados intensivos. Mi mujer y yo estamos viviendo este momento con mucha incertidumbre, apoyándonos como podemos, sin saber qué pasará.
Sigo con vosotros, aunque a otro ritmo
En estos días probablemente esté menos activo, y sentí la necesidad de explicaros por qué. Porque os siento cerca. No como lectores o lectoras, ni solo compañeros de letras, sino como parte emocional y muy personal del camino que recorro ahora mismo.
A pesar de todo, sigo trabajando en vuestras respuestas y en los comentarios que me habéis dejado. Lo hago desde Scrivener, que —para quienes no lo conozcáis— es como una pequeña trinchera portátil para escribir.
Ahí voy dejando preparadas las respuestas y los comentarios para vuestras entradas, listos para compartirlos cuando tenga las fuerzas suficientes. Así no se me escapa nada, aunque las circunstancias sean complicadas. Incluso en los momentos más difíciles, puedo dejarlas listas para enviarlas más adelante, cuando la situación me lo permita.
Una gratitud que quiero dejar clara
Os leo con calma, con atención, y con un aprecio profundo por lo que compartís. Estoy muy agradecido por vuestra compañía, por la empatía que mostráis, por el esfuerzo que ponéis en cada texto y cada reflexión. A muchos y muchas de vosotros ya os considero amigos, y sentir vuestra cercanía, a pesar de la distancia, es algo que valoro mucho en estos días.
Mis apoyos en medio de la situación
Sigo también, cuando puedo, avanzando en el reto de José Antonio en Acervo de Letras. Me ayuda a mantener la mente enfocada, igual que descubrir nuevos compañeros y compañeras en El Tintero de Oro, donde encuentro personas con las que compartir esta pasión por la escritura.
Estos espacios no son solo plataformas. Son lugares donde la escritura nos conecta, donde compartimos momentos y compañía, que en días como estos se hacen todavía más valiosos.
Sobre el blog y lo que comparto en él
Quiero aprovechar para deciros algo importante. En mi blog intento compartir lo que he aprendido a lo largo de los años.
Algunos artículos son más técnicos —neurocopywriting, narrativa persuasiva, estrategias de escritura—, pero quiero que quede claro: cuando esas técnicas se interiorizan, no se escriben desde el manual, sino desde dentro. Desde lo que uno ya siente y vive al escribir. No desde el ser inhumano y manipulador que uso como narrador ficticio para facilitar la lectura y hacerla amena. Sé que la mayoría lo sabéis, pero quería aclararlo.
Mi esperanza es que lo que comparto pueda servir a quienes están empezando, o a quienes buscan alguna herramienta para dar forma a sus ideas.
Sé que para muchos de vosotros ya son conceptos conocidos, pero para otros pueden ser de ayuda. Y con todos, lo que más deseo es seguir compartiendo, aprendiendo lo que me enseñáis con tanta dedicación y de forma altruista, disfrutando de nuestras conversaciones, de las ideas que cruzamos, de las risas y de los momentos que nos acercan un poco más cada día.
Lo que vendrá en los próximos días
Espero poder dedicaros más tiempo en los próximos días.
Quería que supierais cómo estoy, y que, aunque me veáis menos, sigo aquí.
Sigo leyendo, como siempre, cuando puedo, y con todo el aprecio que os tengo.
¡Un abrazo!
¿Te ha gustado esta entrada?
Deja una respuesta