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Riesgos y virtudes de la IA: O por qué tu nuevo compañero tecnológico podría robarte el trabajo y aun así invitarte a una cerveza

Nota previa: Llevo años trasteando con inteligencia artificial. He escrito varios artículos, he probado más herramientas de las que debería y he seguido su evolución casi en tiempo real. Pero esto cambia tan rápido que lo que sabías ayer ya parece vintage. Este artículo no pretende ser una guía definitiva (porque no existe), pero sí una mirada amplia, algo incómoda a veces, y con suerte, útil. Si al terminarlo entiendes mejor con qué estás lidiando cada vez que abres ChatGPT o Midjourney, ya me doy por satisfecho.


Hablemos claro. El debate sobre la inteligencia artificial se ha convertido en una especie de cena familiar a escala global donde nadie se pone de acuerdo. En una esquina, tienes a tu cuñado el tecno-optimista, ese que ya le ha puesto nombre a su ChatGPT y le cuenta sus problemas existenciales. Para él, la IA es la solución a todo, desde el cambio climático hasta decidir qué pizza pedir un viernes por la noche. En la otra esquina, el primo apocalíptico, que está convencido de que cada vez que le pides a Midjourney que dibuje un "gato samurái montando un tiburón con láseres", un T-800 anota tu nombre en una lista negra.

Y ahí estás tú, en medio, con el móvil en la mano, sin saber si estás llamando al futuro o abriendo una puerta al infierno digital.

Llevo años en esto, viendo cómo cada nueva tecnología promete el oro y el moro. La historia de la IA ha sido siempre un ciclo de entusiasmo desbordado y desilusiones épicas. Pero esta vez es distinto. La confluencia de datos masivos, una capacidad de cómputo absurda y nuevos algoritmos ha desatado una bestia.

Pero reducirlo todo a un "bueno vs. malo" es como decir que un martillo solo sirve para clavar clavos. Ignoras que también puede abrir una nuez o, en manos equivocadas, un cráneo. La IA no es una herramienta, es un compañero de piso que acabas de conocer. Es listo, aprende rápido, a veces es un poco raro y, sinceramente, todavía no sabes si puedes confiar en él para que no se beba tu leche.

El verdadero debate, el que importa, no es si la IA nos va a salvar o a extinguir. La pregunta es mucho más personal: ¿qué estamos dispuestos a delegarle a este nuevo compañero? ¿Y estamos listos para las consecuencias?

La IA ya no quiere tu puesto de fábrica, ahora viene a por tu Excel

Puestos avanzados para la IA en el artículo riesgos y virtudes de la inteligencia artificial

La vieja historia era que los robots venían a por los trabajos manuales. Predecible. Pero la IA generativa de hoy tiene aspiraciones de clase media. Ha visto tu silla de oficina, tu taza con un lema motivacional y ha pensado: "yo podría hacerlo mejor". Y lo peor es que, a veces, puede.

Las cifras dan vértigo: se estima que la IA generativa afectará al menos al 10 % de las tareas del 85 % de los trabajadores. A nivel mundial, casi el 40 % de los empleos están en el punto de mira, una cifra que se dispara al 60 % en las economías avanzadas. Esto no es una predicción, son datos del FMI.

Un estudio de la Brookings Institution lo dejó claro: los freelancers de redacción y diseño vieron caer sus ingresos en picado tras la llegada de la IA. Lo más irónico es que los más golpeados fueron los de mayor reputación. ¿Por qué? Porque la IA se convirtió en el gran igualador: de repente, un novato podía entregar un trabajo que rozaba la excelencia, erosionando el valor de la veteranía.

Esto no es solo "destrucción de empleos", es una "reescritura" de las reglas del juego. El trabajo ya no consiste en hacer, sino en supervisar lo que la IA hace. Eres el nuevo jefe de un becario ultraeficiente que no duerme, no pide aumentos y no te juzga por llegar tarde. Suena bien, ¿verdad?

Pero este compañero tiene su lado oscuro. Mientras nos promete romper el "techo de papel" y abrir puertas a trabajadores cualificados sin título (los STARs, Skilled Through Alternative Routes), también crea nuevas barreras. La más evidente es el sesgo: si entrenas a una IA con datos históricos de contratación, aprenderá nuestros prejuicios. El famoso fracaso de la herramienta de reclutamiento de Amazon, que discriminaba a las mujeres, es el ejemplo perfecto de cómo digitalizar la estupidez humana. Y luego está la brecha lingüística: los modelos de IA son unos cracks en inglés, pero mediocres en idiomas "de bajos recursos", excluyendo a miles de millones de personas de esta fiesta.

Por si aún no lo has leído: ¿Nos quitará la IA el trabajo? La verdad incómoda que debes saber.

Gobernanza por algoritmo: ¿El funcionario perfecto o un Gran Hermano con acceso a tus memes?

Admitámoslo, la idea de un gobierno gestionado por IA suena tentadora. Una burocracia sin colas, políticas basadas en datos puros y cero corruptelas. Una utopía de eficiencia. O eso nos gustaría creer.

La realidad, por desgracia, es menos bonita. Varios estudios ya están mostrando una correlación que da escalofríos: a mayor avance de la IA, menor nivel de democracia en muchos países. ¿Casualidad? No lo creo. La IA es la herramienta soñada para el control. Para los regímenes autoritarios, es un regalo: vigilancia masiva, barata y sin la ineficiencia del factor humano.

El riesgo es acabar en una "algocracia": un sistema donde las decisiones importantes (¿quién recibe una ayuda?, ¿quién es un riesgo para la sociedad?) las toma una caja negra. Y cuando le preguntas por qué, te responde con un "error 404: explicación no encontrada". Delegar la justicia en un código que no entiende de contextos es como pedirle a un GPS que te dé consejos sobre tu vida amorosa. Puede que te dé una ruta, pero es muy probable que acabes en un callejón sin salida.

La cultura en el espejo de la máquina: ¿Soy menos artista por usar una IA?

Artistas en el artículo riesgos y virtudes de la inteligencia artificial

Aquí es donde el debate se vuelve personal. La IA generativa (Midjourney, DALL-E…) nos ha convertido a todos en potenciales Da Vincis. Con un par de prompts, creamos imágenes, música, textos… Pero, ¿es eso arte? ¿O solo un eco sofisticado de la creatividad de otros?

Esta democratización creativa es una maravilla, pero también abre una caja de Pandora legal y ética. ¿Quién es el dueño de una imagen creada con el estilo de mil artistas sin su permiso? Hollywood ya se ha dado de tortas con esto. Los actores y guionistas no temen a un robot, temen a un productor que prefiere pagar una suscripción a una IA antes que un salario justo.

Y en medio de todo, la IA nos obliga a mirarnos al espejo y preguntarnos qué nos hace humanos. La filosofía lleva décadas dándole vueltas. El famoso argumento de la "Habitación China" de John Searle ya planteaba si una máquina que manipula símbolos a la perfección realmente "entiende". ¿Es la IA consciente o es el loro más sofisticado de la historia? La respuesta sigue en el aire, pero nos obliga a definir qué es la mente y qué la identidad.

Mientras tanto, en un giro positivo, usamos esta tecnología para restaurar nuestro patrimonio. El "Desafío del Vesubio" logró leer digitalmente pergaminos carbonizados por el volcán, hazañas que parecían imposibles. El doble filo, siempre presente.

La sala de máquinas de la IA: sesgos, cajas negras y tu privacidad en juego

Sala de máquinas en riesgos y virtudes de la inteligencia artificial

Para entender los riesgos, hay que bajar a la sala de máquinas. Y ahí dentro, la cosa no es tan bonita.

  1. El Sesgo, ese racista digital que no sabías que tenías: Un algoritmo no es neutral porque los datos con los que aprende no lo son. Si lo alimentas con décadas de decisiones humanas sesgadas, aprenderá a ser un racista, un machista o un clasista de manual. Ya ha pasado. Un algoritmo de salud en EE. UU. subestimaba sistemáticamente las necesidades de los pacientes negros porque usaba el gasto sanitario como indicador, y este grupo históricamente gasta menos. En la justicia penal, se ha demostrado que herramientas de evaluación marcan incorrectamente a acusados negros con mayor riesgo de reincidencia. La IA no inventa el prejuicio, pero tiene el peligroso poder de amplificarlo y convertirlo en un estándar corporativo. Y créeme, no hay nada que dé más miedo que un prejuicio con un sello de calidad ISO 9001.
  2. La "Caja Negra" o por qué no puedes fiarte de un mago: Muchos modelos de IA son tan complejos que ni sus creadores saben exactamente cómo llegan a una conclusión. Es una "caja negra". Imagina que un médico te dice que tienes una enfermedad grave. Le preguntas por qué y te responde: "Lo dice la máquina". "¿Y cómo lo sabe la máquina?". "No lo sé, pero es muy lista". ¿Confiarías tu vida a eso? La IA Explicable (XAI) intenta abrir esa caja, hacerla transparente, pero todavía estamos lejos de iluminar todos sus rincones.

¿Asusta? Pues espera, que aún no hemos hablado del combustible.

  1. Tu privacidad, el combustible de la revolución: Seamos claros: la IA funciona con datos. Nuestros datos. Cada búsqueda, cada like, cada foto. Tu información es el combustible que alimenta a estos gigantescos motores. El problema es que una vez que tus datos entran en el entrenamiento de un gran modelo, es casi imposible borrarlos del todo, desafiando el "derecho al olvido". La guerra por la privacidad no ha hecho más que empezar. Es como si cada día dejaras un rastro de migas de pan digitales, y no sabes si quien las sigue es un pajarito o un lobo. ¿Mi opinión? Creo que el lobo lleva las de ganar…

La nueva guerra fría es por el control de la IA

La guerra fría en riesgos y virtudes de la inteligencia artificial

Y mientras nos preocupamos por nuestro trabajo y nuestra privacidad, los gobiernos libran su propia batalla. El panorama regulatorio es un reflejo de una lucha geopolítica por definir el futuro:

  • La Unión Europea (El Burócrata Cauteloso): Con su Ley de IA, la UE ha creado un sistema basado en el riesgo. Prohíbe usos de "riesgo inaceptable" (como la puntuación social por parte de gobiernos), exige requisitos estrictos para los de "alto riesgo" (empleo, justicia, salud), pide transparencia para los de "riesgo limitado" (chatbots) y deja en paz a los de "riesgo mínimo" (filtros de spam). Prioriza los derechos, aunque la innovación vaya un poco a pedales.
  • Estados Unidos (El Cowboy Innovador): Su enfoque es más descentralizado y pro-innovación. La idea es correr primero y regular después, para no ahogar la competitividad. Es un enfoque que prioriza el mercado, dejando la regulación a los estados y a leyes sectoriales.
  • China (El Gran Hermano Eficiente): Aquí, el objetivo es el control estatal. La regulación busca alinear la IA con la seguridad nacional y los valores socialistas, donde la tecnología es una herramienta para garantizar la estabilidad y el poder del Estado.

Es el gran "Trilema de la Gobernanza": Innovación vs. Derechos vs. Control. No se puede tener el máximo de los tres a la vez. La batalla por cuál de estos modelos se impondrá definirá el tipo de IA con el que conviviremos en las próximas décadas.

Entonces, ¿qué hacemos con este compañero de piso tan raro?

Como ves, el impacto real de la inteligencia artificial no tiene una respuesta simple. Predecir su evolución es casi imposible. Depende de demasiadas variables, demasiados actores con intereses contrapuestos. No es hablar de ciencia ficción ni de máquinas listas. Es hablar de nosotros. De nuestras decisiones, miedos, sesgos y contradicciones.

La IA no es el monstruo ni el mesías. Es un espejo que amplifica lo que somos. Y lo que no queremos ver.

El futuro de esta tecnología no se predice: se diseña. Y ese diseño empieza con una pregunta incómoda: ¿vas a seguir tratándola como una app curiosa o vas a entender que estás moldeando —sin saberlo— al compañero artificial más influyente de tu vida?

Porque sí, puedes seguir viéndola como un becario con ideas raras. O empezar a preguntarte si, mientras tú jugabas con prompts, ella aprendía a escribirte el guion.

El debate no es sobre la IA. El debate eres tú… Y sobre todos nosotros como especie.

¿Te atreves a contarme en los comentarios tu opinión al respecto?


Fuentes Consultadas


Por si crees que a alguien más le gustaría.

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12 respuestas a «Riesgos y virtudes de la IA: O por qué tu nuevo compañero tecnológico podría robarte el trabajo y aun así invitarte a una cerveza»

  1. Avatar de ric

    Bueno Miguel, pues has desatado un dilema o un melón que, al abrirlo, tiene muchas lecturas u opiniones. Podríamos estar hablando sobre esto muchas horas o incluso días, tal vez, aún de esa manera, no llegaríamos a un acuerdo.
    Por otra parte, lo que si me preocupa, a nivel personal, es la mala utilización de esta herramienta, como otras, y la puñetera privacidad, saben hasta el color de los calzoncillos que nos ponemos cada día, eso si es para cabrearse, pero bueno, la evolución es lo que es y a los que nos queda menos tiempo de vida, con seguridad, nos importará menos, pero, abro una sandía: ¿qué será de la juventud?, al tener tantas posibilidades de hacer cosas rápido, si un día ocurre un apagón como ese que tuvimos, no sabrán ni que hacer.

    ¡Saludos compañero! 😃

  2. Avatar de Merche

    Hola, Miguel, aquí está el melón de la IA. A estas alturas ya no sé ni qué decir, ni qué opinar sobre la IA y tampoco sé si es algo bueno o es malo, aunque estos conceptos son demasiado amplios para la IA. Todo el progreso tecnológico, informático y demás que realicen los humanos, ayudados o no por máquinas es bueno. Esto nos ayuda a avanzar y puede traer curas a enfermedades, entre otras muchas cosas. Por tanto, esa parte de la IA es muy buena. Ahora bien, si utilizamos la IA para que "piense" por nosotros o hable o escriba por nosotros, no es bueno, porque entonces nos acostumbraremos a utilizarla, al trabajo fácil, y dejaremos de usar el cerebro. Esto no es bueno.
    Si la utilizamos como complemento a nuestra escritura (por ejemplo corregir un texto), a nuestro día a día (buscar tal o cual información de una manera metódica no como Google)…, es útil, no deja de ser un recurso más a nuestra disposición. Antes los suelos se fregaban de rodillas en el suelo, a alguien se le ocurrió poner un palo a ese trapo y fue la bomba. Hoy no sabríamos vivir sin la fregona (o los robots que friegan igualmente). Es decir, hemos cogido lo mejor del progreso en nuestro propio beneficio, pues eso hay que hacer con la IA, coger lo mejor que tenga y utilizarla para crecer como humanos no para hacernos más vagos o tontos. Y, sobre todo, para que no escriba nuestros textos, ni los comentarios de los blogs, que es muy triste leer algo escrito por un robot.

    Menos mal que no sabía qué decir al respecto, jajajaja. Pero bueno, he hecho una reflexión mientras mi razonamiento divagaba.

    Y ya me he enrollado otra vez, Miguel sacas lo "peor" de mí.

    Un abrazo. 🤗

    1. Avatar de Maty Marín

      🤣🤣🤣🤣🤣

  3. Avatar de Dakota

    Hola Miguel, sobre la IA hay tantas opiniones que podríamos estar hablando sin fin.
    Yo pienso como Merche, creo que es una buena herramienta como ayuda, te ahorra tiempo entras búsquedas, te puede corregir un texto rápidamente, el crear imágenes a la carta para acompañar nuestras publicaciones.
    Pero eso ayuda no sustituir nuestra creatividad o al final nos quedaremos atontados.
    Los límites hemos de ponerlos nosotros y está claro que viene para quedarse por lo que es mejor que aprendamos a convivir con ella. El tema de la privacidad creo que es lo más preocupante.

    Muy buen tema.

    Un abrazo fuerte Miguel🌹

  4. Avatar de ana piera

    Ufff, una entrada muy completa Miguel. Me gustó mucho la frase: "La IA no es el monstruo ni el Mesías. Es un espejo que amplifica lo que somos. Y lo que no queremos ver".
    En lo personal no tengo mucha fe en que esto acabe bien. Hoy vemos galopando al genocidio, al fascismo, a la xenofobia… cosas que se supone que YA deberíamos haber superado, y nop, AQUÍ ESTÁN vivitas y coleando, y con ganas de MÁS. Así que imagino a la IA en manos de este tipo de intereses y no creo que venga nada bueno. La IA no es ni mala ni buena, es lo que las élites, el deep state, los gobiernos, hagan de ella. Gracias por esta entrada tan informada, ilustrativa y tan genial como son siempre tus artículos. Abrazo fuerte.🥰

  5. Avatar de Beatriz

    Hola, Miguel. Desde mi punto de vista, el tema de la IA tiene dos partes. Por un lado, está el aspecto personal, que depende de cada uno y del uso que decidamos darle. Es una herramienta poderosa, y como la utilicemos será una decisión individual.

    Por otro lado, está el ámbito global, donde las decisiones ya no dependen de nosotros, sino de los gobiernos y de las grandes corporaciones. En países como China ya se utiliza para controlar, más todavía, a la población; y en la masacre que se está llevando a cabo en Gaza la IA también está jugando un papel preocupante. Son ejemplos nada alentadores, pero, lamentablemente, reales e inevitables. Como todo lo que viene con el progreso, se utilizará tanto para construir como para destruir.

    Y esto… pienso que es solo el principio. Creo que la sociedad va a experimentar una transformación enorme en los próximos años, probablemente de formas que ahora mismo ni podemos imaginar.

    Un abrazo grande 🤗

  6. Avatar de Marta Navarro
    Marta Navarro

    Interesantísimo este artículo, Miguel. Estamos, creo, ante un cambio de paradigma. Una revolución tecnológica potentísima a la que no nos da tiempo a acostumbrarnos por la velocidad que lleva. Es un arma de doble filo, como dices, muy beneficiosa para la ciencia o la medicina, por ejemplo, pero peligrosa también en otros ámbitos. Es algo imparable que necesita una regulación legal y ética, sobre todo, y en eso vamos muy retrasados. También a veces creo que nos infantiliza un poco y nos hace perder capacidades. En fin, es todo muy complicado. Gran tema, el que has planteado y muy buena reflexión. Me ha encantado leerte. Un beso.

  7. Avatar de Maty Marín

    ¡Miguel! Cuánto profesionalismo en este artículo, tan completo, con tanto estudio y yo… Con la piel erizada. Con este tema me calmo, me acelero porque no puedo negar que a veces me aterra. Aunque no se le pueda satanizar ni lo opuesto, sí que está causando conflicto. Mira que eso de que se haya vuelto tema conflictivo en una plática, así como son los asuntos políticos y todo eso, ya es cosa grande. Pero lo que has dicho de que no se pueden dimensionar sus futuros alcances (perdona si lo he dicho mal)… Ya leí bien para no errar, lo que dices es que "predecir su evolución es casi imposible"… Me da un no sé qué que qué sé yo. No sé Miguel, de verdad que esto me confunde mucho y a veces me conflictúa. La vez pasada que escribiste sobre el tema me relajaste, se me quitaron muchos temores. Ahora, no sé lo que me sucede. Quiero simplificarlo en mi mente, que de por sí no tiene el conocimiento requerido, pensando eso de "usarla para bien".

    Te dejo un super abrazo Miguel!

  8. Avatar de Themis

    En realidad no es un tema que me preocupe mucho, llegó, está, no se la puede desconocer, va a dar vuelta al mundo en muchos aspectos o ya lo está haciendo, nos vigila, nos custodia, nos identifica, la privacidad va a ser algo que cada día se irá perdiendo, al igual que la identidad, muchas cosas sucederán, ahora el problema mayor que veo es que todo se va a volver "de tecnología inteligente", se dependerá absolutamente en la mayor parte de las cosas de ella, será una salvadora y alivianadora también, lo único que no se piensa mucho es en los colapsos, que falle la electricidad, las tormentas electromagnéticas, los ciber ataques, etc, etc, y muchas otras cosas que aparecerán, por eso lo único inteligente que podemos hacer los humanos es no olvidarnos de las viejas formas de hacer que se tenían cuando ella no existía, sencillamente para sobrevivir cuando se necesite, esa será una inteligencia de verdad, claro que la artificial nos puede enseñar a como prevenirnos.

  9. Avatar de Idalia H. Payano T.

    Hola, Miguel, espero que estés bien y la salud no te esté dando mucha lata en estos días de ausencia.

    Por fin me decidí a leer tu interesante artículo, el cual me ha parecido además de coherente y objetivo muy previsor y esclarecedor. Como sabes estoy negada a ciertos avances tecnológicos que restan más que sumar, como las redes sociales (que abruman y son el gran centro de chismes y conflictos), y a los que resultan peligrosamente engañosos y van en detrimento de nuestra inteligencia, seguridad y autonomía personal y colectiva, como la IA.

    Gracias por los tópicos que enfocas aquí, intentando advertirnos del verdadero riesgo que supone este último avance que nos han vendido como el mejor amigo, pero que bien podría resultar ser el peor enemigo, y para colmo, sin saber a ciencia cierta cómo enfrentarlo, pues además de desconocer sus fuerzas y puntos vulnerables, los ases bajo la manga son tantos que nunca llevará las de perder.

    Un abrazo y mucha salud y amor.

  10. Avatar de Pepe

    Hola, Miguel!

    Bueno, bueno, estás abriendo un melón de temporada bien jugoso y tan dulce como una patada en la entrepierna, 🤭. Justo hace poco contactó conmigo un perfil en instagram para ofrecerme unos servicios de promoción que hablaba de una manera un tanto sospechosa. Cuando le pregunté si era una IA me dijo que todo su trabajo era cien por cien humano, que es justo lo que diría algo no humano, o eso le dije, él me contestó que si estaba tratando de hacerle enojar no iba a conseguirlo, otra respuesta muy poco humana, así que la cosa quedó ahí. Yo creo que la IA puede ser un gran herramienta para ahorrarse procedimientos mecanizados, aunque sí que es cierto que parece que su potencial es tan alto que gente que, por ejemplo, no haya escrito nada te pueda hacer un artículo apañadete. Aun así, creo que la ignorancia sobre el tema puede ser perjudicial tanto para los que la infravaloran como los que la sobrevaloran. Yo estoy un poco alejado de todo lo referente a la IA. A veces hablo con Alexa, pero me parece muy pelota, aunque sus respuestas muchas veces me sorprenden, no por lo que dice sino por cómo sabe enlazar temas. Y es que todo parece muy muy complejo. En un documental sobre ella (sobre la IA), un ejecutivo de google decía que hoy en día, como el logaritmo es tan complicado, ni ellos mismos lo entendían (algo que también comentas en tu artículo) y que en consecuencia, la revolución de las máquinas ya está en marcha, aunque claro, ¿qué quiere una máquina? ¿Dominarnos o imitarnos? Bueno, si nos imita puede que la dominación sea el procedimiento a seguir. Y creo que los ejemplos más representativos dan algo de miedo, ¿no?

    Un fuerte abrazo y gracias por estos espacios tan atractivos.

  11. Avatar de Raquel del Valle Peña Peinado

    Gracias por este artículo, Miguel. Lo he leído como quien contempla un fresco barroco: capas de ironía, lucidez y una inquietud que no se disfraza. Me resuena profundamente tu metáfora del “compañero de piso raro”, porque en mi praxis educativa, la IA no es solo herramienta ni amenaza: es un interlocutor simbólico que nos obliga a repensar qué significa aprender, crear, decidir. Como docente reflexiono: la IA no nos roba el trabajo: nos confronta con la forma en que hemos definido el valor del trabajo, la creatividad y la inteligencia. ¿Qué ocurre cuando el algoritmo reproduce nuestros sesgos con precisión quirúrgica? ¿Qué pedagogía emerge cuando el estudiante dialoga con una máquina que no olvida, no juzga, pero tampoco siente?Tu texto me invita a imaginar una educación transinclusiva, donde la IA no sustituye sino amplifica las voces neurodivergentes, las narrativas periféricas, los lenguajes no hegemónicos. Pero para eso, necesitamos más que regulación: necesitamos poética, ética y una voluntad radical de reconfigurar el vínculo humano-máquina. Porque como bien dices, el debate no es sobre la IA. El debate somos nosotros. Y quizás, como especie, aún no hemos aprendido a mirarnos sin filtros. Abrazos virtuales desde Venezuela

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